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Irak intenta identificar miles de cadáveres en fosas comunes

El Gobierno admite que las cárceles están desbordadas

Ángeles Espinosa

Las cárceles iraquíes están saturadas. En consecuencia, las condiciones de vida de los reclusos difícilmente pueden ser las que debieran. Lo reconoce la ministra iraquí de Derechos Humanos, Wijdan Mijail Salim, en vísperas de la presentación esta semana del primer informe de su departamento sobre la situación de los presos. El ministerio tiene ante sí una tarea ingente. Y más ahora, que está a punto de iniciar la identificación de miles de cuerpos enterrados en fosas comunes: de la represión de Sadam Husein, de la guerra contra Irán, de la violencia sectaria...

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"Entre preventivos y condenados tenemos 22.000 internos, a los que hay que sumar otros 25.000 en los centros de las Fuerzas de la Coalición", declara Salim. La cifra está muy lejos de los 400.000 reclusos que denuncia la Unión de Prisioneros y Detenidos en Irak. "Imposible, ¿dónde íbamos a meterlos? No tenemos sitio suficiente", responde ante la alegación. Admite sin embargo que la situación en las 36 cárceles del país es problemática: "Hay centros con capacidad para 200 personas en los que se hacinan más de 500".

Por eso, el Consejo presidencial acaba de aprobar una ley de amnistía que permite pedir la absolución a quienes lleven más de seis meses encarcelados sin cargos, o hayan esperado más de un año para comparecer ante el juez. La medida se espera que deje en libertad a miles de detenidos, en su mayoría suníes, pero no alcanza a aquellos bajo custodia estadounidense.

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¿Se respetan los derechos de los prisioneros? Salim está trabajando para ello, pero no oculta las dificultades. Su ministerio sólo tiene autoridad para investigar y hacer seguimientos. Carece de capacidad ejecutiva. "Dependemos de la ayuda de Justicia, Interior y Defensa para poder garantizar el correcto funcionamiento del sistema y el respeto de la ley", manifiesta. "Hasta ahora nos miraban con mucho recelo, pero estamos empezando a coordinarnos y hemos conseguido que acepten la presencia de abogados desde el primer interrogatorio policial".

Desde fuera parece un avance pequeño. Sin embargo, en un Irak enfangado en luchas del poder, el empeño de esta ingeniera de 45 años por lavar los trapos sucios exige un esfuerzo titánico. Al igual que ese primer informe sobre la situación de los presos que Salim tiene en la mano y que va a hacerse público el próximo miércoles. "Queremos que la opinión pública sepa lo que estamos haciendo y a lo que hacemos frente", resume sin querer detallar el contenido. Se espera que el informe revele cuántos de los detenidos son mujeres y cuántos menores de edad, extremo éste que preocupa especialmente a las organizaciones de derechos humanos.

"En realidad, éste es el comienzo de nuestro trabajo", admite, "los dos años anteriores los hemos dedicado a aprender porque estas preocupaciones son nuevas en Irak; sólo ahora empezamos a centrarnos".

Al margen de los detenidos, Salim se ocupa también de los numerosos desaparecidos que tiene el país. Están, por un lado, las fosas comunes del régimen de Sadam. "Con la ayuda de la UE hemos creado una base de datos y el próximo 1 de abril estaremos en condiciones de iniciar las identificaciones de la primera de ellas", anuncia la ministra.

A ese traumático pasado reciente se ha superpuesto en los últimos cinco años un presente igualmente cruel. "Tenemos miles de cuerpos enterrados sin identificar, especialmente en Nayaf", revela la ministra en relación a las víctimas de la violencia sectaria que casi a diario aparecen tiradas en las cunetas. En este caso, las labores de identificación resultan más sencillas porque se ha tenido la precaución de fotografiar los cuerpos y hacer una ficha con los datos que puedan resultar relevantes.

Por si esto no fuera suficiente, Irak aún tiene pendiente de resolver el asunto de los desaparecidos durante la invasión de Kuwait y la guerra con Irán. "Esta semana está previsto repatriar 64 cuerpos de iraquíes desde Arabia Saudí, pero aún faltan 1.500 soldados y civiles desaparecidos en la guerra de 1991", relata Salim. Bagdad tiene aún que devolver nueve cuerpos a Arabia Saudí y 320 a Kuwait.

Un iraquí revisa bolsas con restos procedentes de una fosa común.
Un iraquí revisa bolsas con restos procedentes de una fosa común.EFE

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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