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ANV se atrinchera en sus alcaldías

La división de los partidos y la dificultad de pactar la gobernabilidad en cada localidad permitirán a la izquierda abertzale mantener su poder municipal

El asesinato por ETA del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco fue como un terremoto en los consistorios donde la izquierda abertzale gobierna en minoría y cuyos responsables debían pasar la prueba de tener que posicionarse en contra de la violencia. Pero el paso del tiempo ha demostrado que sus efectos no han sido devastadores. ANV no ha condenado este asesinato y no ha pasado nada. Es más, salvo en Mondragón, el municipio directamente concernido donde esta semana los demás partidos deciden si finalmente le desalojan de la alcaldía por su actitud antidemocrática, en el resto de municipios parece descartarse que se produzca un efecto de arrastre.

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La dificultad en estos municipios de alcanzar acuerdos mínimos que garanticen la gobernabilidad, imprescindible para apartar a los abertzales, es el argumento común que aducen unos y otros para justificar su incapacidad a la hora de ponerse de acuerdo en su desalojo. Pero, en realidad, hay otra razón poderosa, como es la existencia de fuertes complicidades tejidas a nivel local con la propia izquierda abertzale. Esto hace que cada municipio sea un mundo con señas de identidad propias y alimenta esas resistencias que dificulta a los partidos la adopción de decisiones globales.

Cómo, si no, cabe explicar que mientras en Hernani y Usurbil los concejales de Eusko Alkartasuna sufren la hostilidad de los radicales -en la segunda localidad, su sede ha sido atacada tres veces recientemente-, mientras que en Zumaia el partido de Unai Ziarreta gobierna con el apoyo de ANV, a quien facilitó el acceso a la alcaldía de Azpeitia desalojando a un mayoritario PNV. "Con ANV tenemos diferencias claras y hemos votado de distinta forma en temas de política general, como el atentado de Arrasate", explica el alcalde de Zumaia, Iñaki Agirrezabala. "Tenemos contradicciones, sí, pero hay que sacar adelante el pueblo y la inercia te lleva a juntarte con grupos políticos que, a nivel nacional, tienen otra estrategia. En temas locales discrepamos con el PNV y no con ANV y Aralar".

Como contrapunto, Luis María Ormaetxea, ex alcalde de Usurbil por EA, lidera ahora la oposición a ANV y asegura que la convivencia en esta localidad es "insoportable". Un ejemplo: el alcalde de ANV, Xabier Errekondo, utilizó el voto de calidad para impedir, empatando así a 12 votos, que se aprobara una moción de solidaridad con EA y de condena a los ataques sufridos en su sede.

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En otros municipios, como en Urretxu, ANV ha tratado de establecer complicidades hasta con el PSE, ahora definitivamente rotas por el atentado. La concejal y parlamentaria socialista, Gema Zabaleta asistió a un comienzo de legislatura en el que ANV se prestaba a firmar el documento de las mujeres por la paz, Ahotzak, que ella impulsó junto con la abogada de Batasuna Jone Goirizelaia. Mientras que el PSE de Urretxu dio su apoyo a ANV para paralizar la aprobación provisional de las normas urbanísticas para cambiar su contenido. El atentado contra Isaías Carrasco frenó un posible apoyo a los presupuestos.

El alcalde de ANV de esta localidad, Iñaki Zabala, declaró que sería muy difícil poder desalojarle de la alcaldía, porque "el PNV de Urretxu es débil y este PSE no me lo va a quitar", en alusión a su buena relación con los socialistas. Y lo corrobora la portavoz peneuvista, Itziar Agirre, al afirmar que ella es "una oposición clara y dura a ANV, y así me han tratado". Cree que el atentado obligará a "recolocarnos a todos" pero, si bien asegura que EA, PSE y PNV podrían gobernar el municipio, ignora si se planteará la censura.

Esta tensión de los abertzales con el PNV no es, sin embargo, generalizable. En Villabona, donde volvió con ANV a la alcaldía Maixabel Arrieta, que ya gobernó con la anterior denominación Euskal Herritarrok (EH), la convivencia con el PNV "es buena", afirma Bakartxo Tejería ex alcaldesa peneuvista y hoy portavoz de la oposición. "Nos conocemos de siempre, porque ella ya fue alcaldesa antes que yo y ahora tiene como proyectos continuar los nuestros". "¿Una moción de censura? Ni hemos hablado, pero viendo su trayectoria de alcaldesa con EH y ahora ANV...", señala sugiriendo que no la habrá.

La "corresponsabilidad" del PSOE

Lo dijo Joseba Egibar, y lo corroboró posteriormente Aralar, como una idea a tener en cuenta cuando los partidos estudien la semana entrante la conveniencia de acordar las mociones de censura a los alcaldes de ANV. Según el dirigente peneuvista, el Gobierno del PSOE es "corresponsable" de que la izquierda abertzale gobierne en más de treinta municipios de la CAV y de Navarra, y al menos en 17 de ellos con mayoría absoluta, es decir. sin posibilidad alguna de que puedan ser desalojados en la actual legislatura.

La referencia de Egibar a las listas de ANV que el Gobierno no impugnó parece adelantar una negativa a participar en una operación global para arrebatar a la formación abertzale los municipios donde no gobierna con mayoría absoluta. Aralar sostiene esta misma postura. Pero, a diferencia del PNV, que no gobierna con ANV en ningún municipio, el partido que se escindió de Batasuna comparte gobierno con esta formación en tres municipios guipuzcoanos (Bergara, Azpeitia y Elgeta) y le apoya, sin un pacto explícito, en bastantes más.

El parlamentario del PNV José Antonio Rubalkaba se inclinó ayer por estudiar las mociones "ayuntamiento por ayuntamiento" y resaltó que no sólo se trata de desbancar a un partido, sino de asegurar que ese municipio "pueda ser gobernado después".

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