Camps tendrá el congreso en casa; Aguirre, casi nada
La docena de nombres que Mariano Rajoy ofreció ayer como protagonistas del congreso interno de junio no dan apenas pistas sobre el futuro del partido. Y el hecho de que Pío García Escudero, que sonaba como nuevo secretario general, se quede al frente del Senado, como quería, también le aleja de ese puesto, al menos en teoría.
Rajoy realizó un juego de equilibrio territorial en el que Francisco Camps, que perdió la gran baza de Esteban González Pons como portavoz -su excesiva vinculación con el barón jugó en su contra- obtuvo como premio de consolación que el congreso, previsto para el 20, 21 y 22 de junio, sea en Valencia.
Mientras, Esperanza Aguirre, con la que Rajoy ha dado pruebas de estar muy molesto por sus aspiraciones sucesorias, se quedó casi sin nada. Sólo tendrá, en la ponencia económica, a su consejera de Hacienda, Engracia Hidalgo. Camps también tendrá al suyo, Gerardo Camps, junto a la andaluza Fátima Báñez. El hecho de que Rajoy no haya colocado a ninguno de sus pesos pesados económicos -Pizarro, Costa, Montoro- en esa ponencia causó estupor en el PP.
Mientras, siempre dentro de ese equilibrio territorial, como organizador del congreso el líder ha colocado a Ramón Luis Valcárcel, y en la ponencia de estatutos y política, a otros barones como Alberto Núñez Feijóo o María San Gil.
En el partido impactó también el nombramiento de Ana Pastor como vicepresidenta de la Mesa del Congreso, un puesto institucional para una ex ministra que ha sido responsable de política social durante cuatro años y es amiga personal de Rajoy.
