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Madrid autoriza la primera casa de apuestas

Una multinacional española y otra británica se estrenarán en el Canoe

No sólo de quinielas, Internet y máquinas tragaperras vivirán los jugadores madrileños. Dentro de pocos días tendrán a Victoria. Así se llama la nueva marca de apuestas deportivas que ha obtenido la autorización para operar en la Comunidad de Madrid. Supone que no sólo el fútbol, sino también la fórmula 1, las competiciones de motos, el tenis, el baloncesto, el ciclismo y las carreras de caballos y galgos serán motivo y razón para jugar a ganar dinero.

Esta novedad para los apostadores es fruto del acuerdo al 50% entre dos empresas líderes de juego, la multinacional española Codere -que emplea a casi 14.000 personas y facturó 915 millones de euros en 2007- y la británica William Hill. Codere ayer cerró en Bolsa con sus acciones a 12,06 euros, con una subida en el día del 5,79%. Ambas compañías invertirán 20 millones en los primeros años, y quieren crear 300 puestos de trabajo.

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Victoria estará operativa "en los próximos días", según las previsiones de Codere, que en España gestiona tragaperras y bingos, una vez que los inspectores de la Dirección General del Juego de la Comunidad comprueben que todo está en orden. "Sólo queda que los inspectores homologuen técnicamente el local", explicó un portavoz de la Consejería de Hacienda, que ingresará para las arcas autonómicas el 10% del beneficio de la casa de apuestas. El estreno se producirá en la planta alta del recién renovado Bingo Canoe, en el paseo de la Castellana. Será un espacio de 300 metros cuadrados, a modo de pub, con servicio de bebidas y pantallas para que los clientes sigan los deportes en los que han depositado su apuesta.

El Canoe será el primero. Pero Victoria se extenderá en su primer año de vida por otros 70 puntos de la Comunidad: tanto en establecimientos propios de Codere como vinculados a actividades de juego (bingos, casinos, estadios...). "En España a la gente le gusta apostar", declaraba ayer un portavoz de Codere. Lo mismo aseguraba el consejero de Deportes, Alberto López-Viejo, tras asistir a la presentación del Atlético como Marca Renombrada Española. "Además soy aficionado a la quiniela", añadía.

Es precisamente esa afición al juego lo que preocupa a Máximo Enrique, presidente de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR). "Estos centros fomentan la ludopatía al reducir el tiempo entre la apuesta y el premio", afirmó. La industria del juego, según cifras del Ministerio de Interior facturó en España 28.000 millones en 2006. "Y lo que es vergonzoso", añadió el presidente de FEJAR, "es que las instituciones no hayan gastado un euro en campañas de prevención, y se dediquen a ampliar las apuestas".

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Madrid es la segunda comunidad en regular este tipo de juegos, pues el País Vasco lo hizo el pasado octubre. La diferencia es que los madrileños podrán apostar un mínimo de 20 céntimos, y un máximo "que dependerá del tipo de evento", señaló ayer Codere; en el País Vasco, sin embargo, no existen límites para la apuesta mínima, y sí un máximo de 100 euros por apuesta.

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