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El BCE no da señales de próximas rebajas de tipos pese a la crisis

Trichet insiste en que la lucha contra la inflación es la "más alta" prioridad

El miedo al descontrol de los precios se ha impuesto a los estragos de la desaceleración económica. El Banco Central Europeo (BCE) ha ponderado los dos riesgos y se ha decantado por seguir vigilando la inflación, al dejar invariables en el 4% los tipos de interés. El consejo de gobierno de la autoridad monetaria europea adoptó ayer esta decisión tras reunirse en Francfort. Su presidente, Jean-Claude Trichet, advirtió sobre los riesgos inflacionistas que amenazan a la eurozona e insistió en que la lucha contra el alza de precios es "la más alta prioridad" del BCE. El encarecimiento de la energía y los alimentos "no dejan lugar a la complacencia", según Trichet, que no sugirió próximas rebajas de tipos.

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El BCE se desmarca así de la estrategia que ha seguido Estados Unidos para hacer frente al enfriamiento económico y a la sequía de crédito en los mercados financieros. Desde que se desató la crisis hipotecaria y crediticia en agosto de 2007, la Reserva Federal, autoridad monetaria estadounidense, ha rebajado sus tipos del 5,25% al actual 2,25%, casi la mitad que en Europa. Aunque la crisis golpea con más fuerza a Estados Unidos, gobiernos como el francés, los empresarios y la mayoría de los expertos creen que el BCE debería seguir el ejemplo, pues el contagio europeo puede ser mayor de lo esperado.

También el Banco de Inglaterra se apuntó ayer a la práctica estadounidense y recortó los tipos de interés por tercera vez desde el pasado diciembre. Tras esta última rebaja, de 0,25 puntos, los tipos quedan en el 5%.

En la rueda de prensa mensual que ofrece en Francfort, la máxima autoridad monetaria europea se atuvo a su acreditado guión para explicar por qué todo sigue igual que hace un mes, pero un poco peor. Recordó Trichet que la inflación interanual alcanzó en marzo el 3,5%, dos décimas más que en febrero. Es la más alta desde la introducción del euro. Según los cálculos del BCE, la economía europea tardará unos 18 meses en domar la inflación y recuperar cifras cercanas al 2% que sus expertos consideran idóneo.

Además del encarecimiento de alimentos y energía, el francés se refirió a la repercusión "mayor de la esperada" de los precios que las empresas fijan en sectores del mercado con poca competencia. No faltó su habitual admonición a los agentes encargados de las negociaciones salariales, cuya actividad "vigila el consejo de gobierno con particular atención".

Cuentan en la Torre del Euro, sede del BCE, con que se mantenga en 2008 un crecimiento moderado de la economía europea, propiciado por las bajas tasas de paro, el alza del consumo y el crecimiento de la demanda externa debido al auge de las economías emergentes.

Trichet optó por reconocer que el escenario es complicado, pero que la receta idónea para hacerle frente no es bajar tipos: "Las turbulencias en los mercados podrían prolongarse más de lo que esperábamos". Se mostró, eso sí, dispuesto a inyecciones de liquidez en los mercados semejantes a las acordadas por el BCE y la Reserva Federal en los últimos meses. Estas inyecciones de miles de millones de euros tratan de fomentar que los bancos dispongan de dinero para prestar y mitigar así las consecuencias de la crisis en la economía real.

Esta tenacidad de la crisis financiera da argumentos a los que piden una inmediata rebaja en los tipos, pero el presidente del BCE considera que "vigilar la estabilidad de los precios es una aportación esencial para el buen funcionamiento de los mercados financieros". Una rebaja de tipos podría dar alas a la inflación, mientras que un aumento dañaría a una economía tocada por la crisis financiera. El justo medio que observa el BCE se justifica, según su presidente, por los peligros inflacionistas y porque "los datos económicos fundamentales de la zona euro son sólidos". Según Trichet, la decisión de no tocar los tipos se tomó por unanimidad del consejo.

Tras las palabras de Trichet, los analistas se muestran escépticos sobre un giro cercano en la estrategia del banco central. "Aún esperamos recortes de tipos por parte del BCE, pero pueden llevar más tiempo del esperado", aseguró a la agencia Bloomberg Michael Hume, economista jefe para Europa de Lehman Brothers. Este experto calcula que habrá que esperar entre seis y nueve meses hasta que la inflación se apacigüe.

También el euro recibió con caídas la decisión de Trichet. La moneda europea descendió tras cambiarse, poco antes de la reunión del BCE, a 1,5912 dólares, una nueva marca histórica. Trichet se dijo preocupado por "las fuertes oscilaciones" en el cambio euro-dólar, pero recordó a los periodistas que no es dado a hablar sobre tipos de cambio. Un euro fuerte contribuye a contener la inflación porque abarata las importaciones, en especial las que, como el petróleo, se pagan en dólares. A cambio, encarece las exportaciones.

Es la décima reunión mensual consecutiva de la que los tipos de interés salen inalterados. El BCE planta así de nuevo a los que piden un viraje.

El único país que se ha alineado con la zona euro en medio de esta crisis ha sido Islandia, que decidió ayer subir medio punto los tipos de interés, hasta el 15,5%. Se trata del nivel de precio del dinero más elevado en Europa y responde a la elevada inflación del país y al desplome de su moneda.

Jean-Claude Trichet se dirige a la prensa durante su comparecencia en Francfort.
Jean-Claude Trichet se dirige a la prensa durante su comparecencia en Francfort.REUTERS
La entidad pretende controlar la inflación en la zona euro.Vídeo: ATLAS

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