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La pequeña revolución de un hotel de Lloret

El hotel Samba, ubicado en Lloret de Mar (Selva) y dirigido por Jordi Palacín, fue pionero a la hora de ponerse las pilas con el ahorro en el consumo de agua sin desatender las necesidades de los clientes. Ahí van algunas de las medidas adoptadas desde que su pequeña revolución medioambiental, que le valió las primeras certificaciones en este sentido que tuvo un hotel en España, empezó en 1998.

La profundidad máxima de la piscina del establecimiento, categoría tres estrellas, se ha reducido de 4 a 2,5 metros. Los baños de las habitaciones tienen instalados 400 teléfonos de ducha de bajo consumo. El agua con la que se han duchado los clientes del hotel se reutiliza para alimentar las cisternas de los váteres, después de pasar por un enorme depósito y de ser filtrada y clorada. Desde 1999, hasta hoy, el hotel ha reutilizado 79.633 metros cúbicos de agua, explica el coordinador de medio ambiente del hotel, Eduard Coloma.

El establecimiento mide todos los consumos y tiene instalado, entre otros dispositivos, un contador para conocer la cantidad de agua de riego empleada. Por supuesto, anima al turista a que eche a lavar menos toallas. Las cisternas de los váteres llevan pulsadores dobles, de modo que el cliente puede optar por una descarga de tres litros de agua o de ocho.

Entre los objetivos de 2008 figura, por ejemplo, el cambio del bufé del restaurante refrigerado por agua, por dos bufés refrigerados por aire.

El ahorro de agua por cliente y día fue de 317 litros en 1998. La reducción año a año ha proseguido, aunque la proporción de la caída ha bajado a 191 litros en 2007.

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