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"Si tiene que ir a la cárcel que vaya, pero que se le escuche"

El inculpado por el accidente con 9 muertos, sin custodia tras ser operado

"Mi hermano no es un asesino, no tiene antecedentes, ha tenido la mala fortuna de un accidente desgraciado. Confiamos en la justicia. Si tiene que entrar en la cárcel que entre, pero que se le escuche antes, asesinos son otras personas". El hermano mayor de J. G. R., el conductor del todoterreno que causó el accidente en el que murieron el sábado nueve ocupantes de un autobús en la A-7 en el término municipal de Torremolinos, accedió ayer a mantener una conversación telefónica con EL PAÍS en la que relató la conmoción que el suceso ha causado en su familia. "Somos conscientes de la tragedia y quiero que se entienda que esta familia está destrozada", afirmó.

"Somos conscientes de la tragedia, toda la familia está destrozada"
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En la conversación, en la que pidió mantener en el anonimato su nombre de pila y otros datos familiares, se quejó de que en los últimos días se ha "calumniado" a su hermano". "Todos estamos muy afectados, pero nadie se ha acordado de esta familia ni ha venido a preguntarnos", lamentó. El conductor del todoterreno, de 27 años, fue sometido en la mañana de ayer a una intervención quirúrgica para fijarle las vértebras, operación para la que se han utilizado huesos de su propia cadera, según relató el hermano.

Debido a su estado de salud, la juez de Torremolinos que instruirá el caso, a petición del fiscal, decretó ayer la libertad provisional del joven, que seguirá en el hospital sin custodia policial. Una médico forense informó ayer a la juez de que el estado en el que se encuentra el causante del tráfico accidente no le permitirá prestar declaración hasta pasados 10 o 15 días. La juez ha pedido al hospital que le comunique cuando está en condiciones de recibir el alta.

El hombre admitió que su hermano conducía con una tasa de alcohol de 0,5 miligramos por litro de sangre, el doble de la permitida, pero matizó que eso no es estar ebrio, más aún en un cuerpo de 90 kilos. Había bebido dos cervezas, dijo, y también reconoció que sobrepasaba la velocidad permitida, pero "no a 160 o 190 como se ha dicho". Relató que la circunstancias de la carretera eran difíciles por la lluvia y que "con la estela del autobús no vio la curva e impactó contra el quitamiedos, con la mala fortuna de que con el rebote impactó con el autobús". "A mi hermano, con trabajo fijo, novia, un chaval estupendo, esto le va a cambiar la vida", lamentó.

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Trece personas permanecen hospitalizadas, una de ellas en estado crítico, todas finlandesas.

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