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Empeora la coyuntura

La crisis agrava la destrucción de empleo y eleva el paro al 9,6%

El desempleo aumenta en 246.600 personas en el primer trimestre - La caída de ocupación afecta a construcción y servicios y salva a la industria

Lucía Abellán

El peor augurio se ha cumplido antes de tiempo. La economía española vuelve a asomarse a la temida barrera de los dos dígitos de paro, un escenario que hace sólo unos días el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, consideraba remoto y, en cualquier caso, para el año próximo. La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2008, el mejor termómetro del mercado laboral, refleja que el desempleo afecta ya al 9,63% de la población. Y amenaza con seguir subiendo.

El declive inmobiliario, unido a la falta de crédito derivada de la crisis financiera, ha agravado la situación laboral con 246.600 nuevos desempleados. Sólo en un trimestre, la tasa ha subido más de un punto. "La tendencia es irreversible", advierte Rafael Pampillón, profesor de Economía del Instituto de Empresa. Para observar un repunte tan acentuado hay que remontarse a la recesión de 1993.

La temporalidad desciende al 30,15%, el mejor dato desde 1990
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Desaceleración intensa

Como la mayoría de los expertos, Pampillón atribuye el crecimiento del paro al volumen de población activa: el número de solicitantes de empleo aumenta con fuerza pero los puestos disponibles son cada vez menos. Los inmigrantes -el 88% de los nuevos solicitantes- inciden decisivamente en este fenómeno. Aún entran con fuerza en el mercado, tanto en las listas del paro como en las de ocupados.

Los extranjeros constituyen el único colectivo que se salva del hecho más grave ocurrido en el primer trimestre: la destrucción de empleo. Mientras la economía general perdía 74.600 trabajos respecto a la última parte de 2007, los extranjeros aún han logrado crecer. Su mayor urgencia por trabajar explica en parte el fenómeno. Ante la falta de un empleo reglado, los inmigrantes pueden mostrar más disposición a instalarse en la economía sumergida. "La EPA recoge bastante bien la actividad económica no declarada", explica Luis Toharia, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alcalá (Madrid).

La destrucción de empleo -en lo que va de año ha duplicado la registrada en el último trimestre de 2007- se centró en un principio en la construcción. Pero se ha contagiado en parte a los servicios. Este sector heterogéneo abarca un gran número de actividades ligadas al ladrillo, entre ellas la inmobiliaria. El resultado es que los servicios pierden un 0,57% de sus trabajadores en el trimestre. Pese a todo, la destrucción de empleo es, de momento, intertrimestral. En el último año la economía ha creado 333.000 nuevos puestos.

En esta oleada de incertidumbre, la industria es el único sector que resiste. Aunque el paro crece, el sector sigue incorporando a trabajadores (59.400 más en el último trimestre). "No todo va mal. Ésta es una crisis muy concentrada", argumenta Toharia. Pampillón discrepa: "Al final, todo caerá".

Tanto la caída del empleo como el aumento del paro se centran en la población masculina, predominante en la construcción. Aunque las diferencias se acortan, la tasa de paro de las mujeres (11,99%) sigue superando la de los hombres (7,87%).

Junto al agravamiento del paro, otro elemento desconocido desde los noventa es la caída de asalariados. Este colectivo perdió 148.100 empleos temporales en el último trimestre, parcialmente compensados con los 88.900 fijos que se crearon. Las cifras reflejan una clara división del mercado laboral: la construcción y algunos servicios destruyen el empleo más precario, mientras la industria y otras actividades de valor añadido siguen elevando el de calidad.

Como consecuencia de esta evolución dispar, la tasa de temporalidad despunta como el único elemento positivo de la evolución del primer trimestre. Un 30,15% de los asalariados son eventuales, la mejor cifra desde el segundo trimestre de 1990.

Políticos y agentes sociales acogen con preocupación el dato de paro. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, admite que la evolución "no es favorable", pero la considera acorde con el nuevo ciclo.

El PP habla de tasas "descomunales", los sindicatos piden cambios en el modelo de crecimiento y las Cámaras de Comercio atribuyen las cifras a la incertidumbre.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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