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Una chica rebelde "seducida por una secta"

El padre de Elisabeth urdió una fantasiosa trama para justificar la desaparición de su hija. Según hizo creer a todas las personas que le conocían, empezando por su esposa, Rosemarie, Elisabeth era una adolescente rebelde que había sido "seducida por una secta". Además, aduciendo una supuesta carta de la joven, dejó de buscarla, ya que era lo que ella había pedido. Así explicó su desaparición a los 19 años, cuando la drogó y la encerró en un calabozo subterráneo.

El supuesto ingreso de la muchacha en una secta sirvió para explicar todas las peripecias: cuando nacía un nuevo hijo/nieto del hombre, éste explicaba que su hija se lo había hecho llegar desde la secta.

Incluso cuando la enfermedad de Kerstin obligó a que Elisabeth -y sus otros dos hijos- salieran del sótano para ir a ver a los médicos, la secta sirvió de coartada. Según Josef, el padre, su hija había abandonado el grupo, y por eso reaparecía de súbito cuando más falta hacía.

La coartada se mantuvo durante más de 20 años, y todos, familiares y vecinos, la creyeron. El único fallo fue que, una vez libre, Elisabeth no mantuvo el secreto. Una vez que se alejó lo suficiente de su padre, reveló toda la historia. Un drama de enclaustramiento y abusos sexuales que los policías empezaron a reconstruir ayer, cuando, una vez detenido Josef, entraron en el sótano que había sido el hogar y la prisión de la mujer y de sus hijos durante más de dos décadas.

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