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Reportaje:

El Barça ya no tiene vuelta atrás

Laporta asume que ha llegado al fin de un ciclo y que debe renovar el banquillo y la plantilla

El zapatazo de Scholes en Old Trafford destrozó las esperanzas del Barcelona de jugar la final de la Liga de Campeones y algo más: aniquiló el círculo virtuoso que impulsó hace cinco años un fax fechado precisamente en Manchester y en el que se daba por hecho que el United le vendería a Beckham si Joan Laporta ganaba las elecciones presidenciales. La eliminación supone el fin de trayecto para un Barça que nació por voluntad popular y murió por desidia profesional, entregado a la contemplación de lo hecho.

Laporta sabe que no hay vuelta atrás para el equipo y, en cierta manera, tampoco para el club, obligado a reinventar la vieja fórmula aunque sea a costa de desprenderse de los dos iconos que le han dado imagen corporativa en los últimos cinco años. Ronaldinho ya está en el mercado y para Frank Rijkaard se prepara la mejor salida posible, un despido camuflado de acuerdo. Entre el orgulloso "¡que aprendan!" que le salió del alma al presidente en una reunión de la junta al cerrar el fichaje de Davids hasta el grito de "¡al loro!" ante las peñas hace dos semanas median dos Ligas y una Copa de Europa, el éxito y el fracaso de un equipo que ha perdido los diez títulos que ha disputado en las dos últimas temporadas.

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"Hemos ganado poco para el equipo que teníamos. Estamos a la expectativa de las decisiones que tome la junta", reconoció Xavi en la noche del martes. "La situación requiere un análisis en profundidad, pero no en caliente", anunció el capitán, Puyol. A falta de cuatro partidos para terminar la Liga, el Barça está a 14 puntos del Madrid, el líder, y a cuatro del Villarreal. "El objetivo es ser segundos", recordó Márquez. "El objetivo", terció el brasileño Silvinho, "es honrar la camiseta del Barça. Puedes ganar o perder, pero no debemos olvidar para quien jugamos".

Obligado a mirar adelante, Laporta ni siquiera sabe qué será de él, pues hasta su cargo parece en duda por dictamen judicial. Sí sabe que el equipo necesita retoques, por mucho que se descarte una revolución. "Más que nunca, antes de entrar hay que dejar salir", reconoció un directivo. A Ronaldinho y Rijkaard, los primeros. La decisión sobre el técnico está tomada. Ante la idea irrenunciable de un estilo definido, del espíritu del dream team, el Barça puede buscar relevo en Pep Guardiola o en Michael Laudrup. Los más precavidos aconsejan no precipitarse con el actual entrenador del filial, que no le teme al reto; los más integristas no perdonan a Laudrup que se fuera al Madrid. Txiki Begiristain, el director deportivo, es partidario de promocionar a Guardiola.

Por lo que respecta a la plantilla, Begiristain quiere un lateral para ocupar la plaza de Zambrotta, que ha pedido marcharse a final de curso. El elegido es el sevillista Alves, pero la junta duda en invertir más de 25 millones en un jugador poco mediático. También se fichará a un central, pero está por ver si reemplazará a Márquez, cuya continuidad parece impuesta más por su talento que por su estado físico. "Es difícil encontrar alguien que llegue al nivel de Márquez", dicen los técnicos. Más claras están las cosas en el medio campo. Llegarán dos futbolistas para reforzarlo. Uno, de corte defensivo, y otro, un volante ofensivo.

En la nómina de delanteros habrá movimiento y, a día de hoy, sólo tienen clara su continuidad Bojan y Messi. El resto está por ver. No seguirá Ronaldinho, se atenderá a quien pague por Henry y a quien oferte por Giovani. Y, además, está el caso de Eto'o. El rendimiento del camerunés le aleja del goleador que fue, aunque sus estadísticas en la Liga no son malas. Conscientes de que el delantero ha perdido chispa, se da por hecho que las lesiones le han pasado factura y por eso se apuesta por darle otra oportunidad. Pero no se sabe si el jugador, con excelentes ofertas de la Premier League, está por la labor de continuar.

"Este año no irá todo tan rápido como el pasado", aseguran fuentes del club. Después de dos años en blanco, los fichajes deberán saltarse el periodo de adaptación.

Frank Rijkaard y Xavi, después de la eliminación del Barcelona ante el Manchester United. A la derecha, Messi.
Frank Rijkaard y Xavi, después de la eliminación del Barcelona ante el Manchester United. A la derecha, Messi.ASSOCIATED PRESS

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