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Tribuna:Primer Plano
Tribuna
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Qué esperar de un triunfo demócrata en 2008

Todos los pronósticos favorecen ahora la opinión de que el presidente elegido en Estados Unidos el próximo noviembre será Barack Obama o Hillary Clinton. Otras consideraciones similares indican que ambas cámaras del Congreso estadounidense estarán regidas por una mayoría demócrata.

Para los conservadores de todo el mundo, es una mala noticia. Las empresas y las asociaciones de comercio se están preparando para un largo y frío invierno de reglamentaciones e injerencia estatal.

1. ¿Experimentará la civilización que conocemos desde los años posteriores a Ronald Reagan un temible y radical cambio?

2. ¿Se detendrá en seco el patrón de progreso económico mundial experimentado entre 1980 y 2008? ¿O es más probable que sólo se produzcan moderadas desaceleraciones inducidas de las tasas de crecimiento reales en los diversos continentes, o que no haya desaceleración?

Junto con el aumento del proteccionismo, es probable un aumento del aislacionismo
No es de extrañar que Hillary y Barack compitan entre sí por vilipendiar los acuerdos de libre comercio
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Sólo Nostradamus podría pretender dar una respuesta precisa a estos interrogantes. Pero Nostradamus fue uno de los mayores farsantes de todos los tiempos. Más que en la historia económica pasada, presente o futura, era especialista en ciencia-ficción.

Mis conjeturas estarán más matizadas. Permítanme por tanto empezar por afirmar solemnemente que la evidencia creíble hace muy improbable que América, Europa y Asia estén a punto de entrar en una Gran Depresión prolongada.

¿Es razonable su temor a que una nueva reglamentación estatal excesiva amortiguará las eficiencias productivas y los esfuerzos innovadores tanto como para deprimir los salarios y los beneficios futuros?

Sobre este tema, escribo con mayor seguridad en mí mismo. El regalo de subvenciones fiscales a los ya de por sí ricos y la relajación del control estatal sobre la contabilidad honrada acabó reduciendo, en lugar de aumentar, el crecimiento de la productividad total de los factores. El republicanismo al estilo Bush ha sido malo para las empresas y malo también para las familias.

En empresas incluidas en el índice Fortune 500, como General Motors, General Electric, General Dynamics, Enron, Citigroup y Home Depot, estaban dando desmedidas gratificaciones de director gerente a incompetentes que sólo servían para fomentar las lagunas jurídicas y ocultar las pérdidas mediante subterfugios extracontables. Los datos de 2001-2008 demostrarán que éstos arruinaron la productividad y el progreso en lugar de acelerarlos.

La cura contra la liberalización temeraria no es eliminar la reglamentación financiera, sino un control y unas normativas racionales. Durante el segundo mandato de cuatro años del presidente Clinton, se adoptaron varias medidas que fomentaron el bienestar total y, en mi opinión, una vuelta a ellas supondrá una sociedad mixta más dinámica.

Para ser realista, ¿puedo pintarles a los lectores un futuro de políticas perfeccionistas que deben esperar de Barack Obama o Hillary Clinton?

No. Para conseguir votos, los dos han intentado ganarse el favor de diversas víctimas del descontento.

A excepción de los pocos estadounidenses con el nivel más elevado de ingresos y riqueza, la mayoría de los ciudadanos han experimentado una pérdida permanente de trabajos bien pagados. Es lógico, por tanto, que teman al futuro.

El descontento alimentado por el miedo siempre busca un chivo expiatorio. Yo predigo que los demócratas victoriosos se aferrarán al libre comercio, por considerarlo una de las raíces de los problemas estadounidenses.

Sólo los profesores adjuntos de economía han entendido realmente las sutilezas del comercio internacional. En todos los demás sitios, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, el virus de la protección arancelaria, como el virus del herpes, sigue vivo en las mentes corrientes.

No es de extrañar que Hillary y Barack compitan entre sí por vilipendiar los acuerdos de libre comercio con Canadá y México. No es que ninguno de ellos sea un tonto que no sabe nada sobre la época de crecimiento generalizado del nivel de vida que se dio en todo el mundo entre 1950 y 2008. Lo que está más arraigado en su mente es que los votos de los ciudadanos de rentas medias, sindicados o no, podrían ser cruciales en los próximos enfrentamientos electorales.

Por tanto, lectores, prepárense para esperar que los demócratas cometan en su primer mandato el mismo tipo de errores que cometieron los artífices del New Deal de Roosevelt cuando crearon los carteles de autogobierno industrial de la NRA, parecidos a los de Mussolini.

Debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿cuántas nuevas cadenas se le pondrán al libre comercio en 2009-2010? Y, ¿servirá realmente la desaceleración de los anteriores patrones de casi libre comercio para aumentar la serenidad sociológica, causando sólo una ralentización tolerable del progreso económico general?

Cuando los independientes y los nuevos republicanos moderados se unan, si es que se unen, a otros votantes para crear una nueva era y una nueva ética en Washington, será razonable esperar que el fin de unas guerras hipercaras e inútiles en rincones lejanos del mundo devolverá a los presupuestos familiares estadounidenses parte de lo que Cheney, Rove y Bush han dilapidado en el extranjero.

En resumen, junto con el aumento del proteccionismo después de 2008, es probable que se produzca un aumento del aislacionismo en Estados Unidos. Y Estados Unidos no será el único a este respecto. Es de esperar que el aislacionismo aumente en la mayoría de los países a los que se instó a entrar en el cenagal de Oriente Próximo.

Por ahora, no he escrito nada acerca de los problemas aún no resueltos de la estanflación y el caos financiero. No es probable que ésos se resuelvan sin más ayudas de los bancos centrales y otros organismos estatales.

Por suerte, los anales históricos indican que los gobiernos de centro pueden abordar estas actividades de limpieza un poco mejor que pasados dirigentes ortodoxos. ¡Crucen los dedos!

© 2007, Paul Samuelson. Distribuido por Tribune Media Cervices.

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