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El consumo de las familias se resiente y crece al menor ritmo en 13 años

El valor de la inversión en viviendas retrocede por primera vez desde 2002

Alejandro Bolaños

La subida de precios, sin parangón en la última década, encarece la cesta de la compra o el depósito de gasolina. La crisis financiera internacional eleva el Euríbor, y con él, las facturas mensuales por pago de hipotecas, cuando la deuda acumulada por los hogares es ya equivalente al valor anual del PIB. Y, con el mercado laboral tambaleándose -dos trimestres consecutivos de destrucción de empleo-, las fuentes de ingreso ya no son tan seguras como antaño. Los incentivos para gastar son cada vez más débiles.

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Y eso es lo que refleja de forma nítida la última estadística oficial, publicada ayer: el consumo de las familias creció sólo un 1,8% en el primer trimestre, el menor avance interanual desde 1995.

El consumo de los hogares es el gasto más importante, con un peso equivalente al 56% del PIB, y su notable ralentización (en el anterior trimestre creció un 2,7% y en el mismo periodo de 2007, un 3,5%), se tradujo en un frenazo equivalente de la actividad económica en su conjunto. Los datos detallados sobre la evolución del PIB, difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), confirman lo adelantado hace una semana: el crecimiento interanual de la economía española en el primer trimestre se quedó en el 2,7% (el más bajo desde 2002) y el avance respecto al trimestre anterior en el 0,3% (el más débil en 13 años).

En la contabilidad nacional del INE también se aprecia por primera vez lo que otros indicadores, como los visados de viviendas o las ventas de las inmobiliarias ya anticipaban: la inversión para construir casas retrocedió un 0,2% interanual en el primer trimestre, tras seis años de crecimiento ininterrumpido. El frenazo del consumo privado y la caída de la inversión residencial apenas fueron compensados por el gasto público (en consumo e infraestructuras), que moderó su crecimiento. "El aspecto más destacable es que el crecimiento de la inversión en bienes de equipo se mantiene por encima del 6%", apuntó David Vegara, secretario de Estado de Economía.

En síntesis, la demanda interna pasó de aportar 3,9 puntos porcentuales al crecimiento en el tramo final de 2007 a 3 puntos en los primeros meses de este año, mientras que el sector exterior restó algo menos (0,3 puntos frente a 0,4 puntos) debido al menor avance de las importaciones, lastradas también por la debilidad del consumo.

La rapidez con la que se está parando el crecimiento de la economía española -en el primer trimestre del año pasado, el PIB aumentó un 4%- ha hecho añicos las previsiones oficiales y abona el debate sobre si la economía española está en el umbral de una crisis en toda regla. Cuando el ex portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, aseguró en septiembre que España podía entrar en recesión -retroceso en el valor real del PIB en dos trimestres consecu-tivos-, sus propios compañeros de partido disculparon un "uso coloquial" e incorrecto para referirse a la desaceleración. En los últimos días, sin embargo, algunos de los mayores expertos en la economía española creen que el peor escenario es posible y varios analistas internacionales, consultados por la agencia Bloomberg, cifran la probabilidad de que ocurra este año en un 30%.

Ante las dudas, Vegara se esforzó en conferencia de prensa por lanzar un mensaje: recesión, de entrada no. "Nada apunta a que sea una posiblidad factible", respondió el secretario de Estado de Economía, al que se preguntó por tres veces sobre un posible recorte en el valor del PIB, algo que no ocurre precisamente desde la última recesión de la economía española, en 1993. Pero en cada una de sus contestaciones se cuidó de enfatizar que su pronóstico partía de "la información disponible" y tenía como horizonte "el corto plazo".

El Gobierno mantiene su previsión de que este año el crecimiento económico será del 2,3%, un vaticinio que Vegara cree "compatible" con los datos del primer trimestre. El secretario de Estado de Economía consideró poco probable que el crecimiento trimestral de la zona euro vuelva a superar al de España este año (una situación, inédita desde 1995, que sí se produjo entre enero y marzo). Y afirmó que el cambio de patrón en el crecimiento económico que propugna el Gobierno (menos peso de la construcción, más protagonismo de industria y exportaciones) es "un proceso de largo plazo": en el primer trimestre hubo un paso adelante (la exportación creció un 5%) y otro atrás (la producción industrial cayó un 0,3%).

"Ahora el Gobierno dirá que se está cambiando el modelo", ironizó el portavoz de Economía del PP en el Congreso, Cristóbal Montoro, para quien la economía española "está ya en punto muerto" y "se dirige hacia el desastre". En la Cámara, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, insistió en que "no se puede hablar de crisis, sino de desaceleración". Un análisis que tampoco compartió Izquierda Unida, que reclamó medidas urgentes al Ejecutivo.

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