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La carrera hacia la Casa Blanca

EE UU permitirá a los cubanos mandar móviles a sus familiares en la isla

Bush instituye un Día de la Solidaridad con Cuba para presionar al castrismo

Yolanda Monge

En un gesto sin precedentes y aparentemente de modestas dimensiones, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció ayer desde la Casa Blanca que los ciudadanos norteamericanos podrán enviar teléfonos móviles a Cuba. "Ahora se les permite a los cubanos comprar teléfonos móviles, reproductores de DVD y ordenadores y en el futuro podrán adquirir tostadoras y otros electrodomésticos", dijo Bush ante una nutrida representación de políticos y empresarios cubano-americanos con motivo del 106º aniversario de la declaración de independencia de Cuba -celebrado el 20 de mayo- y la muerte de José Martí. "Si el régimen cubano se ha tomado en serio la tarea de mejorar la vida de los cubanos, deberá tomar las medidas necesarias para que todos estos cambios signifiquen algo", dijo Bush.

El anuncio es el más simbólico desde que empezó el embargo en 1962
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Con un corto discurso y proclamando la jornada de ayer como el Día de la Solidaridad con el Pueblo Cubano, el presidente desmontó todos y cada uno de los pequeños gestos de apertura que Raúl Castro ha estado haciendo desde que sucedió en el poder a su hermano Fidel. "Ahora que a los cubanos se les confía el uso de móviles, también se les debería dar la confianza de poder hablar libremente", proclamó Bush, quien siguió: "Ahora que se permite a los cubanos comprar DVD, también se les debería permitir ver películas y documentales producidos por artistas cubanos que tienen libertad de expresión".

A esta altura del discurso, los aplausos habían ahogado ya por dos veces la voz del presidente, que prosiguió para recibir nuevas y cerradas ovaciones. "Ahora que el pueblo cubano tiene acceso a ordenadores, debería tener acceso también a Internet". "Y ahora que se va a permitir a los cubanos tener tostadoras dentro de dos años, deberían poder dejar de preocuparse sobre si van a tener pan para comer hoy".

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Lo anunciado ayer por Bush significa una de las más simbólicas medidas de apertura desde Washington hacia el régimen cubano desde que Fidel Castro tomara el poder en 1959 y desde que EE UU iniciara el embargo económico contra la isla en 1962. Dentro de las amargas relaciones que han existido entre ambos países, lo que le queda a EE UU ahora es esperar y ver si el régimen de Castro permite la entrada de los móviles en territorio cubano. El régimen comunista permitió el uso de celulares en la isla a principios de año.

La telefónica estatal Etecsa previó entonces 1,4 millones de altas en servicios móviles de aquí a cinco años, en una isla de 11 millones de habitantes. El precio es uno de los grandes lastres para que Cuba entre en la sociedad de la información. Los aparatos cuestan 120 dólares (unos 76 euros) y las tarjetas no bajan de los 10, un precio inicial que sextuplica el salario mensual del cubano medio. "Es el colmo de la hipocresía autorizar a los cubanos a comprar unos electrodomésticos que virtualmente ninguno de ellos se puede permitir", dijo Bush.

Dan Fisk, director para Occidente del Consejo de Seguridad Nacional, enfatizó ayer que la nueva política anunciada, y que entrará en vigor en pocas semanas, no va a flexibilizar el embargo contra Cuba, que se mantendrá inamovible. "Habrá un cambio en la regulación americana para permitir enviar en paquetes en forma de regalo los teléfonos móviles a Cuba", dijo Fisk.

Bush, en uno de los pocos momentos de protagonismo que la actualidad le brinda últimamente, acusó a Raúl Castro de mantener el statu quo dictatorial que erigió su hermano "sin ni siquiera intentar darle unos retoques cosméticos al régimen"

. "El mundo entero observa al régimen cubano", dijo Bush. "Si sigue sus gestos públicos recientes [abriendo el acceso a la información, imponiendo reformas económicas, respetando la libertad y los derechos humanos], entonces podemos decir con credibilidad que ha comenzado el principio del cambio".

El presidente Bush, ayer en la Casa Blanca con familiares de presos políticos en Cuba.
El presidente Bush, ayer en la Casa Blanca con familiares de presos políticos en Cuba.REUTERS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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