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"Ojalá no hubiera conocido nunca a mi hermana"

En estado "delicado" una de las gemelas que se reencontraron

Nadie sabe quiénes son, permanecen ocultas a los medios de comunicación, pero se asegura que les han llovido ofertas millonarias para acudir a los platós de televisión. "Si este fin de semana apareciera alguna de ellas en La Noria, me parecería fortísimo", reconoce Sebastián Socorro, el abogado que defiende a una de las dos hermanas gemelas, que en 2004, tras 28 años separadas, supieron la una de la otra, cuando la propietaria de una tienda las confundió.

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Después de que las pruebas genéticas confirmaran en 2005 con un 99% de seguridad que eran gemelas, tuvieron la certeza de que, al nacer prematuras, sus incubadoras fueron confundidas en el hospital del Pino de Las Palmas de Gran Canaria. Una de ellas creció con otra niña, convencida de que eran hermanas. Su gemela fue entregada a otra familia. Así pasaron 28 años, hasta que, por casualidad, entró en una tienda y la dueña se acercó a darle un beso como si la conociera de mucho tiempo atrás. Aquél fue el detonante. Un encuentro posterior confirmó que se hallaba ante un espejo, un reflejo de sí misma.

"Ojalá no hubiera tenido conocimiento de ello". El abogado asegura que éstas fueron las palabras que le dijo su clienta tras la publicación del caso en el periódico local La Provincia. Su estado anímico es "delicado", dice.

"En aquella época había una densidad de 60 bebés diarios. No es disparatado pensar que se haya producido este caso; éramos muy pocos los que trabajábamos allí", reconoció ayer a SER Las Palmas Densi Calero, auxiliar clínico en los años setenta en esta unidad. La ahora presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas lo ilustró con un caso. Una vez una madre se percató de que el bebé que le iban a entregar no era el suyo, explicó. "En el año 73 éramos dos auxiliares y una supervisora para 60 niños. Entonces era muy frecuente en todo el mundo, aunque ahora ha disminuido el riesgo de confusión porque los controles son más exhaustivos". Incluyen huellas digitales.

La demanda contra el Servicio Canario de la Salud, presentada ante el Juzgado Contencioso Administrativo número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, aún no se ha resuelto. A la lentitud habitual de estos procesos se suma que Sebastián Socorro ha recusado a la mayoría de los forenses psiquiátricos llamados a este caso, "porque tenían o habían tenido relación" con la sanidad pública canaria. Socorro entiende que, de las gemelas, su clienta es la más perjudicada. "Ella fue la apartada de su hermana y sus padres y ha crecido sin poder conocer a su padre biológico", ya fallecido.

La jurisprudencia rastreada por este letrado le ha confirmado que "no hay un caso igual en España". En la demanda reclama una indemnización de tres millones de euros por daño moral. "El Tribunal Supremo sostiene que no hace falta probar este tipo de daños de lo evidentes que son; basta con ponerse en la piel de mi clienta para confirmar que se le ha causado un perjuicio irreparable. Imagínese: ni su familia ni sus hermanos son tales". Socorro reconoce que esta mujer vive actualmente "una situación personal crítica; está acongojada y toda esta publicidad no sé si va a suponer más lastre al daño que ya tiene".

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