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La sombra incómoda de Villarroel

Nadia Tronchoni

El pasado 17 de mayo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, recibió en el Ayuntamiento a los jugadores del Valencia. Fueron a ofrecerle la Copa del Rey. Al mismo tiempo, otra plantilla, la del Levante, se reunía en una habitación de un hotel de Madrid. Querían hablar con la alcaldesa. Querían explicarle cómo podía ayudarles a desconvocar la huelga que habían declarado ante los impagos del club. El Bernabéu les esperaba al día siguiente. Pero la primera edil no quiso siquiera ponerse al teléfono. Estaba ocupada.

Es el trato al que dicen estar acostumbrados los levantinistas. Se sienten discriminados. Pero también ellos saben de las relaciones entre el fútbol y la política. La recalificación hace unos años de la zona terciaria anexa al estadio Ciutat de València, por la que el club ingresó 53 millones de euros, es un ejemplo. Una operación con la que "no sólo ganó el Levante", aventura Ernesto Calpe, miembro de la secretaría técnica y muy próximo al ex dueño del club, Pedro Villarroel. No quiso explicarse.

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Hoy se lamentan por unas ayudas que consideran insuficientes. Escasas para maquillar la mala gestión de un club que debe unos 55 millones de euros. Se quejan porque el compromiso de recalificación de los terrenos del estadio ha llegado tarde. Además, "ni siquiera es un protocolo de intenciones", explica Calpe.

Sin embargo, a finales del 2007 el equipo de Barberá lanzó un salvavidas al club. Le avaló un crédito por valor de 4 millones de euros. A cambio de poder hacer uso de sus instalaciones deportivas cuando lo necesitara. Es decir, a cambio de nada. Unos meses después, el Ayuntamiento volvió a avalar otros 4 millones. Aunque no se obtuvo el crédito. Tampoco ha puesto facilidades el consistorio, que ya ha tenido que pagar 51.000 euros por los intereses del primero.

Hay quienes creen que hay más motivos para este cambio de rumbo. Villarroel, quien cedió el 51% del capital social el club a petición del consistorio pero aún posee un 20% de títulos, ya no tiene el beneplácito de los políticos valencianos. "Estoy seguro de que lo que quieren es cargárselo", apunta Calpe. Sorprendentemente, la empresa de recaudación de multas de Villarroel, ya no goza del favor del equipo de Barberá. Había obtenido la concesión casi históricamente, hasta que la última vez que salió a concurso ganó una empresa diferente. ¿Casualidad? Curioso, al menos. "La empresa de Villarroel era la que ofrecía las mejores condiciones al Ayuntamiento", explica Mercedes Caballero.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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