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Reportaje:

"Antes te mato"

Una abogada encargó a un sicario matar a su ex pareja

F. Javier Barroso

"Antes te mato a que te lleves a mi hija". Esa frase tan rotunda fue premonitoria. La soltó la abogada María Dolores Martín Pozo, de 37 años, al conocer que acababa de perder la tutela de su hija. Su ex marido, Miguel Ángel Salgado Pimentel, de 37 años, cayó acribillado a balazos meses después en el garaje de su casa, en Ciempozuelos (Madrid). Un año y dos meses después, la Guardia Civil de Madrid ha detenido a la letrada y a sus tres compinches, acusados del asesinato.

Miguel Ángel Salgado volvía a su casa, en la calle de Caretos número 3. Regresaba de su trabajo en la empresa de informática DMI Computer, en Rivas-Vaciamadrid. Un hombre le esperaba junto al descansillo del ascensor, en el garaje. Sin mediar palabra, le descerrajó tres tiros, que le alcanzaron en la cabeza, el pecho y en un brazo. Murió en el acto.

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Los agentes de Homicidios de la Guardia Civil investigaron la vida privada de la víctima, pero estas pesquisas no dieron resultados positivos. La conclusión fue en ambos casos la misma: "absoluta normalidad", donde siempre destacaba su buen hacer. Fuentes del instituto armado explicaron que dicha normalidad sólo se había visto alterada por "los constantes pleitos, disputas y altercados con su ex esposa". A eso se unía que el asesino era un profesional. La víctima fue ejecutada con una pistola del calibre nueve milímetros parabellum, y el homicida, lejos de llevarse por el azar o el arrebato, observó "una minuciosidad criminal", según la Guardia Civil.

La relación entre Salgado y su ex esposa era nefasta. Ambos se pusieron 12 denuncias entre febrero de 2002 y octubre de 2005 por amenazas, insultos, incumplimiento del régimen de visitas, lesiones y por el impago de la pensión.

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Salgado comió con sus padres dos días antes de ser asesinado. Les dijo que tuvieran "mucho cuidado", porque iban a por ellos, y su ex esposa ya le había advertido de que no le daría la tutela de su hija. Días antes, una moto Honda CBR-600 le había seguido desde que salió del trabajo. Cuando tomó el desvío hacia Ciempozuelos, la motocicleta le adelantó. Sus ocupantes le esperaron en un lateral y, cuando pasó a su altura, uno de ellos hizo amago de sacar un arma. La víctima aceleró y evitó el ataque.

Un vecino del municipio madrileño de Titulcia describió a los dos varones, cuando pararon en un bar: uno, con aspecto colombiano, de unos 32 años, complexión fuerte, pelo corto y pantalones verdes. El otro, aspecto español, complexión normal, pelo corto castaño. Ambos, de 1,75 metros de estatura. Uno de ellos llevaba un pinganillo en la oreja y una pistola en la parte derecha de la cintura.

Al día siguiente, se produjo otro ataque. Un vehículo, que también le estaba siguiendo, embistió el coche de Salgado y lo sacó de la carretera. El turismo quedó destrozado.

La Guardia Civil recibió una visita cuando menos inquietante en el transcurso de las investigaciones. Eloy Sánchez Barba, amigo íntimo y cliente de la ex esposa del fallecido, declaró a petición propia ante los investigadores de Homicidios. Aseguró que conocía a Lola (María Dolores Martín) desde hacía dos años y medio y que la letrada se dedicaba a temas laborales. "No creo que tenga muchos contactos para encontrar un sicario", mantuvo Sánchez Barba. Para despistar al sargento de Homicidios, afirmó que el fallecido estaba metido en juegos de rol y que ésta fue la causa de su muerte. También dijo que había tenido problemas laborales con una compañera de DMI.

Lo que no sabía Eloy Sánchez, conocido por dar seguridad a famosos (entre ellos la polifacética Ana Obregón) y en locales de ocio nocturno, es que acababa de poner sobre sí mismo las principales sospechas de la Guardia Civil. Según los especialistas de Homicidios, aceptaba organizar palizas y escarmientos a personas enemistadas con sus protegidos. Solía tener gran relación con personas de origen suramericano.

A la Guardia Civil le bastó una consulta a las bases de datos de empresas. La abogada Dolores Martín es apoderada de una empresa que se llama Cesigur, de la que es administrador Óscar Sánchez Barba, hermano de Eloy. Cesigur es una empresa de seguridad, custodia y protección, con sede en la calle de la Raya, de Madrid.

Una testigo dio una descripción de una persona que esperaba en la calle cuando se produjo el homicidio: fuerte, alto y con gafas. Se trataba supuestamente de Sánchez. Junto a él estaba Gabriel Saavedra, otro de los detenidos por el asesinato. Los investigadores pidieron el pinchazo de los teléfonos de Eloy Sánchez y de la abogada, además de las señales de los repetidores de telefonía de Ciempozuelos. Todo coincidía.

La abogada, los intermediarios y el presunto autor de los disparos fueron detenidos el pasado 20 de mayo. "Parece el guión de una película, pero muchas veces la realidad supera la ficción", resumen fuentes del caso.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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