Prevenir recaídas en cáncer de mama
Las terapias biológicas contra dianas moleculares se aplican sobre todo en enfermos con metástasis, pero en algunos casos se ha demostrado que, administradas junto a la quimioterapia, tienen también un efecto preventivo de las recaídas en tumores localizados. Así ha ocurrido en los tumores de mama que sobreexpresan la proteína HER-2, que son especialmente agresivos. Una cuarta parte de los tumores de mama tienen esta alteración, contra la que hace unos años apareció el trastuzumab.
El marcador HER2 indica en este caso qué mujeres pueden beneficiarse del fármaco, un anticuerpo monoclonal que actúa sobre esa proteína. Después de comprobar su efectividad en cáncer avanzado, se demostró que el trastuzumab podía reducir a la mitad el porcentaje de recaídas en mujeres con tumores localizados si se administraba como coadyuvante de la quimioterapia y la radioterapia. El reto ahora es averiguar por qué la otra mitad, pese a tener el mismo marcador positivo, no responde al tratamiento.
Sin embargo, en cáncer de mama, el hallazgo más sorprendente presentado en la ASCO afecta al otro gran grupo de tumores, los dependientes de hormonas. Un estudio austriaco de cinco años de duración ha demostrado que un tratamiento indicado para frenar la osteoporosis (Zometa), combinado con terapia hormonal, disminuye en un 35% las recaídas en mujeres premenopáusicas con cáncer de mama.
La aportación del grupo español de cáncer de pulmón ha sido también importante. El cetuximab asociado a la quimioterapia mejora la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico, según explicó ayer en Chicago Dolores Isla, oncóloga del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza. Aunque el aumento de supervivencia es pequeño en términos absolutos, el avance es conceptualmente muy importante dada la alta prevalencia de este tipo de cáncer y el bajo índice de curaciones.
