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Roma extrema la seguridad ante la visita del mandatario

El presidente estadounidense, George W. Bush, llegó ayer por la tarde a Roma, una ciudad blindada por 10.000 miembros de la policía y el Ejército, donde le esperaba una manifestación contra la guerra que reunió en el centro a varios miles de personas (10.000 según los organizadores) y en la que se gritaron consignas como: "Bush y Berlusconi, banda de asesinos".

El líder estadounidense, que pasará menos de 48 horas en Roma, se verá hoy con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y con el jefe de Gobierno, Silvio Berlusconi, y mañana visitará al papa Benedicto XVI, con quien paseará por los jardines del Vaticano.

El viaje servirá para felicitar a Berlusconi, con quien Bush dará una conferencia de prensa esta tarde, por su tercera victoria electoral, y para renegociar la tarea de las tropas italianas en Afganistán. El ministro de Exteriores, Franco Frattini, ha dicho que Roma está dispuesta a implicarse de forma "más flexible" para ayudar a su "mejor aliado internacional", aunque no ha confirmado si eso supondrá enviar más hombres a la zona. A cambio, Italia podría tener un papel más activo en las negociaciones sobre el poder nuclear iraní, probablemente sumándose al grupo de mediadores.

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Los tres días de alerta decretados en la ciudad por la visita incluyen la supresión de la cobertura de los teléfonos móviles durante los traslados de Bush y la activación de las medidas de prevención contra los ataques terroristas.

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