_
_
_
_
_
Reportaje:EUROCOPA 2008 | Semifinales: España-Rusia

Historia de un penalti

Cesc, orgulloso de su gol, lo tiene claro: "Hemos venido a ser campeones, no a romper la maldición de los cuartos"

"La historia no se puede cambiar", insistía un aficionado italiano en el metro de Viena, camino del estadio, confiado como lo que es: hincha de un equipo cuatro veces campeón del mundo. "La vida te da una oportunidad y a mí me la dio el domingo. Cuando me llegó la hora de tirar, sólo pensaba en marcar y acabar con el tema. A Buffon no le digo nada. Simplemente, me animo y me convenzo a mí mismo de que la voy a meter", comenta ahora Cesc. A sus 21 años, el futbolista más joven de la selección española le pegó con el interior, abajo y, en contra de su costumbre, a la derecha del portero: "En los entrenamientos tiro a la izquierda, pero Buffon se venció antes y me obligó a tirar al otro lado". Un recurso técnico que habla de la calidad de Cesc casi tanto como de su madurez emocional: ni pestañeó al lanzar el penalti definitivo, el primero en un partido oficial desde que era cadete, con 15 años. En su partido internacional número 30, tiró el primero con la selección.

"Hablaba conmigo mismo al ir a lanzar para concienciarme. No los tiraba desde cadete"
"Quiero la gloria para el equipo y quiero ser importante", afirma el jugador del Arsenal
Más información
Buena España y buena Eurocopa

"No los he tirado nunca", recuerda. No miente. En su quinta había puñaladas entre Messi y Víctor Vázquez por lanzarlos. Así que él nunca entró en la refriega. En el Arsenal, con Henry, aún menos. Por qué le dio la responsabilidad Luis Aragonés, conociendo los antecedentes expuestos, es un interrogante por responder. "Vino, dio los nombres y yo era el quinto. Perfecto", zanjó Cesc. "Tenía razones muy íntimas para apostar por él. Sabía perfectamente que lo iba a meter", explicó Luis. En el entorno del técnico dan por hecho que fue un acto lleno de responsabilidad como entrenador y de devoción futbolística. "Al Zapatones se le cae la baba con el niño", aseguran.

El seleccionador no ocultó ayer su inclinación hacia el futbolista de Arenys. "Cesc va a ser un fuera de serie porque canaliza el juego, tiene un maravilloso último pase, es capaz de mover en pase largo... Y luego, claro, tiene que mejorar cosas. Defensivamente, debe ser más fuerte", asumió el técnico, que vaticinó que "va a demostrar su calidad en la selección como lo está demostrando en su equipo, uno de los más grandes del mundo".

"El penalti es sólo un penalti, pero es importante para mí porque quería demostrar que en los momentos importantes podía sacar al equipo adelante. Quería devolver la confianza que se me ha dado. Por eso iba hablando antes de tirar el penalti. Me concienciaba", aclaró el centrocampista. "Se ha hablado de mi suplencia, del rendimiento... Para mí, ese penalti significó muchísimo por eso, porque me hace sentir bien con el equipo", agregó.

El debate sobre si ahora debe jugar él o Xavi le es incómodo y lo despachó rápido: "Sólo quiero aportar lo mejor para el equipo. Quiero ser importante. Quiero la gloria para España y para el equipo. El míster me tiene a su disposición cuando quiera".

Futbolero como pocos en el equipo -se pasa el día con Xavi hablando de jugadores, partidos, entrenadores...- el jugador del Arsenal reconoció haberse sentido muy cómodo en el partido contra Italia: "Me sentí cómodo en mi posición, bajando atrás a buscar la pelota, tirando paredes, llegando por sorpresa... Con jugadores como los que tenemos en la selección se hace todo más fácil". También dijo que nunca se debió llegar a los penaltis: "Fuimos mejores y debimos marcar".

Al tiempo, trató de rebajar la euforia. Así, dijo que Rusia le recuerda a España porque tiene ambición por demostrar que es un equipo capaz de ganar y que nadie espere una repetición del partido que abrió el campeonato. También negó haber hecho historia: "Hemos de estar con los pies en el suelo. La historia que buscamos es meternos entre los equipos que han ganado la Eurocopa. Hemos venido a ser campeones, no a romper la maldición de los cuartos. Queremos la historia de los más grandes". Él tiene la suya, la de un penalti que cambió la historia.

Cesc corre de alegría tras marcar el penalti decisivo ante Italia.
Cesc corre de alegría tras marcar el penalti decisivo ante Italia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_