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Guerra entre aguirristas

El entorno de Esperanza Aguirre vive semanas convulsas. Aguirre está convencida, dicen los suyos, de que Mariano Rajoy quiere dividir a su gente y por eso está analizando más que nunca cuáles son sus verdaderos incondicionales.

El congreso del PP demostró, según el análisis de los aguirristas, que tanto Manuel Lamela como Alfredo Prada no lo eran. ¿Por qué? Porque en el momento clave, cuando más claro era el choque entre Aguirre y Rajoy, ellos se acercaron al líder del PP.

Lamela ha ingresado en la Junta Directiva por decisión de Rajoy, una muestra clara de confianza. El caso de Prada, enfrentado con la mano derecha de Aguirre, Ignacio González, es mucho más complejo.

La presidenta le había dado a Rajoy dos nombres que ella deseaba que entraran en el Comité Ejecutivo del PP: Ignacio González y Francisco Granados. En un gesto de hostilidad, el líder no colocó allí a ninguno de los dos, y sí a Prada. Cuando éste llamó a la presidenta para contárselo, ella no le autorizó. "Tú sabrás lo que haces", fue su respuesta. Sin embargo, él aceptó el puesto que le ofrecía Rajoy.

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