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Crítica:La lidia: Fería de San Fermín
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dos inmensos pares de banderillas

Gustavo García, subalterno a las órdenes del colombiano Luis Bolívar, llevó a cabo lo más torero de la tarde. Ocurrió en el último toro. Dados los mítines que iban ofreciéndose en los toros anteriores (la capea en banderillas en el quinto fue que ni pintada por Uccello), de pronto un torero de plata prendió dos pares de banderillas inmensos. Fue visto y no visto. Dos fulgores relampagueantes. En sus manos salió a relucir la tauromaquia de siempre: el instante fugaz y sublime -las flores y la ocasión son de corta duración.

Los toros de Cebada Gago no estuvieron a la altura que merece tan buen ganadero. Ganadero cuyo valor se lo ha ganado a pulso a lo largo de los años. Apuntaron detalles. Algunos acudieron al caballo con alegría, aunque sin entregarse del todo. Alguno que otro se dolió en banderillas. Galoparon en ocasiones, mas nunca acabaron por humillar: la lidia que recibieron fue horrorosa, impropia de matadores de nombre Urdiales y Sánchez Vara. Los toros por lo general llegaron a asustar a los toreros.

Cebada / Urdiales, Sánchez, Bolívar

Toros de Cebada Gago, muy bien presentados, de juego desigual.

Diego Urdiales: pinchazo y estocada (ovación); dos pinchazos y estocada (silencio).

Sánchez Vara: estocada caída, estocada, un descabello, estocada caída (silencio); estocada atravesada y un descabello (silencio).

Luis Bolívar: estocada caída —aviso— (silencio); estocada caída y dos descabellos (silencio).

Plaza de toros de Pamplona, 8 de julio. 4ª de abono. Lleno.

Especial: San Fermín 2008
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El que más despuntó de los espadas tiene nombre colombiano. Estuvo valiente y pundonoroso. En todo momento con buena disposición. Los pases de muleta de más enjundia los trazó Luis Bolívar.

Diego Urdiales podía haber hecho más en su primer toro. Tenía faena porque era el más potable de todos. El torero ni se enteró. A sus derechazos y naturales les faltó temple, mando y todo lo que debe tener un pase en condiciones. En su segundo, su muleta no paró de saludar a las palomas con tanto trapazo al aire de la tarde.

Lo de Sánchez Vara resultó penoso. Es posible que la tarde se le ennegreciera cuando los tres pares que puso a su primer toro se le cayeron, los tres, en los costillares: uno, otro y otro. Aquello, al parecer, lo descompuso. Estuvo en ese toro con la muleta a merced del animal. Entre dudas recibió un pitonazo en el cuello. Después de matar feamente mal al toro pasó a la enfermería. Salió para matar su toro correspondiente, quinto de la tarde. Seamos benevolentes: una tarde aciaga la tiene cualquiera, ¿o no?

Quizá convendría recordar, para terminar, que cuando los toros no se dejan torear con holgura, existe eso que se ha olvidado con demasiada facilidad. O sea, esas palabras usadas por los revisteros de la mejor época del toreo cuando apuntaban que tal o cual maestro desarrolló una lidia muy aseada, faena de aliño, pudiendo dominar al toro, machetearlo, hacerse con él, dominarlo para después matarlo por arriba como es preceptivo entre los toreros que se llaman a sí mismos matadores de toros.

La corrida de hoy

- Toros de Fuente Ymbro para los diestros El Cid, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera.Se transmite por Canal Feria de San Fermín (dial 112 de Digital +).

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