¡Te equivocaste de sitio, Indy!

La vida imita al arte y la arqueología parece seguir los pasos de Indiana Jones. A ver si no es sensacional que con los ojos todavía abiertos de asombro ante la amazónica ciudad de celuloide de Akator, el legendario reino de la calavera de cristal, nos llegue la noticia del inesperado hallazgo de este sorprendente complejo arquitectónico, también en Suramérica. En este caso, curiosamente, la realidad es la que da la campanada.

La última historia de Indy, por supuesto, abunda en pseudoarqueología y simpáticas memeces -el doctor Jones afirma haber aprendido el quechua entre la gente de Pancho Villa y ser capaz de traducir del kohioma al maya-, además de infames ejemplos de cómo tratar una momia precolombina (¡rajándola con un cuchillo como no lo haría el peor huaquero!; y eso que Indiana recomienda leer a Gordon Childe...). Sin embargo, la idea de encontrar una antigua civilización en la selva se corresponde con la moderna reivindicación de los arqueólogos de excavar en ese medio en busca de testimonios de los orígenes de las culturas del continente. Pues bien, el descubrimiento que se acaba de anunciar en el importante sitio arqueológico de Sechín (conocido desde las excavaciones de Julio Tello en 1919), en el departamento peruano de Ancash, en el valle del Casma, a sólo 10 kilómetros del mar, es un conjunto monumental que, con la friolera de 5.500 años en su parte más vieja, se constituye en uno de los más antiguos de su clase en América. Indy: te equivocaste de sitio.

Para dar una idea de lo que significa esta cronología, basta recordar que la cultura Chavín, que se considera la más antigua civilización matriz del Perú, se remonta al segundo milenio antes de Cristo -contemporáneos de los olmecas y anteriores al desarrollo de la civilización maya-. La cultura moche no aparece hasta el 200 a. de C.; la de Tiwanaku, hasta el siglo I; Chimú, en el año 800, y el imperio inca, en el siglo XV.

En Sechín Bajo estamos hablando de una civilización que construye una arquitectura monumental en un horizonte para el que no cabía esperar en absoluto este grado de desarrollo. Cuando el pasado febrero empezaron a llegar noticias del descubrimiento de Peter Fuchs de esa plaza circular hundida, Walter Alva, el conocido arqueólogo descubridor del Señor de Sipán, consideró que el hallazgo coloca a Perú al nivel de las viejas civilizaciones de Oriente Medio, además de significar que Sechín fue un centro irradiador cuyo modelo arquitectónico estaría vigente dos mil años en las posteriores culturas precolombinas.