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La nuclear de Ascó I aplaza su puesta en marcha por tercera vez

Un empleado de la central llevó una partícula en el zapato

Y van tres. La nuclear de Ascó I (Ribera d'Ebre) fracasó ayer en la tercera tentativa de poner en marcha el reactor, parado desde el 10 de junio debido a la fuga radiactiva del pasado noviembre. Los técnicos de la planta detectaron la rotura de una junta, por lo que abortaron el proceso de arranque iniciado horas antes. La puesta en marcha de la central se mantiene sin calendario previsto, tras tres conatos de arranque finalmente aplazados.

La operación para conectarse a la red eléctrica empezó el lunes al mediodía con el calentamiento del núcleo, proceso que requiere unos tres días hasta alcanzar la plena potencia. A primera hora de la tarde ya se detectaron anomalías, pero la dirección optó por continuar con el proceso mientras los técnicos evaluaban la situación. "Hay que tirar para atrás", sentenciaron horas después, con lo que el arranque se frustró ya de madrugada.

El reactor lleva 35 días sin operar, lo que supone un coste de unos 42 millones
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La puesta en marcha del reactor es la fase más compleja para una nuclear y Ascó I muestra serios problemas para efectuarla. Fuentes de la dirección señalaron que la sucesión de percances responde a la revisión exhaustiva a la que están sometiendo la central. "Con los anteriores directivos, la central quizá ya estaría en marcha", señalaron.

Con esto, la nueva dirección -la anterior fue relevada tras haber ocultado datos de la fuga radiactiva- pretende destacar que antepone la seguridad de la central a los intereses económicos: Ascó I lleva ya 35 días sin operar, lo que supone para Endesa e Iberdrola, propietarias de la central, haber dejado de facturar unos 42 millones de euros.

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El incidente de la fuga radiactiva aún colea. Un acta que acaba de hacer pública el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) reveló que un empleado de Ascó se llevó una partícula radiactiva de un zapato. Ocurrió el 30 de noviembre pasado. La central había sufrido días antes una fuga radiactiva que oficialmente nadie detectó. Ese día "se detectó una partícula en el zapato de un trabajador que había trabajado en la zona de penetraciones de vapor principal". El suceso del zapato, como la fuga, no fue notificado en su día al inspector que el CSN tiene en la planta, que tampoco detectó nada raro durante meses.

El documento revela que el director de la central explicó a los inspectores que ignoraba la aparición, el 14 de marzo, de la primera partícula contaminada en el exterior de la central. Además añade que "existen contradicciones entre el personal" sobre si la central detectó más contaminación el día 17 de marzo o el 18, incidentes que nunca fueron notificados al CSN.

El CSN respondió ayer al hallazgo en la nuclear de Vandellòs de dos partículas radiactivas en una zona supuestamente libre de radiactividad. Reunido en un pleno extraordinario, el CSN decidió requerir a todas las instalaciones nucleares un programa especial de vigilancia para evitar este tipo de incidentes. Con una excepción: Ascó I, que ya elaboró su propio plan tras conocerse la fuga.

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