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XI Congreso del PSC

Montilla aplaca a los sectores que exigen grupo del PSC en el Congreso

Blanco advierte a los socialistas catalanes: "Juntos somos más fuertes"

Miquel Noguer

Que nada desluzca la fiesta. Los socialistas catalanes comenzaron ayer bajo esta consigna su undécimo congreso, el primero con José Montilla en la presidencia de la Generalitat, en el que sólo un punto amenazaba con sembrar la polémica: las demandas de los sectores más catalanistas para que el Partit dels Socialistes (PSC) rompa con el PSOE en el Congreso de los Diputados y constituya un grupo propio.

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Pero Montilla se las ha arreglado para llegar al congreso con esta grieta ya taponada tras intensas negociaciones con los sectores más catalanistas. El primer secretario del PSC, eso sí, se comprometió a dotar a los diputados del PSC de "voz propia y autónoma" en todos los asuntos que afecten a Cataluña. No dijo cómo.

Las demandas de los más catalanistas no son, ni mucho menos, nuevas en el PSC, pero han adquirido especial relevancia tras los retrasos en el desarrollo del Estatuto y por incumplimientos del Gobierno central, como el traspaso de Cercanías o la descentralización de la gestión aeroportuaria. Los que piden grupo propio, con el consejero de Economía de la Generalitat, Antoni Castells, en cabeza, creen que sería una buena fórmula para presionar más al PSOE. Quienes lo rechazan argumentan que ahora no es el momento de dividir a los socialistas en el Congreso, pues implicaría que el del PP se convirtiera en el grupo más numeroso.

El cónclave aprobará una enmienda transaccional de consenso en la que se afirma que el PSC tendrá "perfil propio" en el Congreso de los Diputados y dejará la creación de un grupo parlamentario propio a la dirección del partido, sin fijar plazos ni condiciones. Montilla sí tuvo ayer un gesto hacia los sectores catalanistas que también sonó a advertencia al Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, en el que el PSC ocupa dos ministerios. "Donde se tomen decisiones que afecten a los intereses y al futuro de Cataluña, allí se encontrará el PSC con voz propia y autónoma preparado para convertirse en su portavoz más leal y exigente". Las palabras de Montilla en este asunto tomaron especial relevancia al estar negociando el Gobierno central y la Generalitat la nueva financiación sin que por ahora haya habido ninguna muestra de distensión.

José Blanco, vicesecretario general del PSOE, invitado en el congreso, pareció avanzarse a lo que Montilla dijo por la tarde al reclamar la unidad de los socialistas. "Juntos somos y seremos más fuertes", dijo entre aplausos de la militancia del PSC.

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El PSC quiere convencer a todo el mundo, sobre todo a votantes tradicionales de Convergència i Unió, de que puede defender los intereses de Cataluña. Por esta razón, el congreso está repleto de gestos, llamadas y movimientos que apuntan hacia la moderación. Montilla lo resumió ayer diciendo que el PSC ocupa ya la "centralidad del catalanismo". Con una defensa de infraestructuras polémicas como el Cuarto Cinturón o la interconexión eléctrica con Francia, así como los trasvases de agua en caso de emergencia, el PSC busca lanzar el mensaje de que está más preparado que sus socios de ERC e ICV para gobernar y para liderar el Gobierno.

Presidencia del partido

Todo ello estuvo presente en el informe de gestión de José Montilla, leído en clave triunfalista pese a haber perdido el PSC 250.000 votos en las elecciones autonómicas de 2006 y 170.000 en las municipales. Montilla admitió que el resultado de los comicios para la presidencia de la Generalitat "no satisficieron las expectativas". Los pobres resultados de Jordi Hereu en Barcelona también deben ser "objeto de preocupación", dijo Montilla.

Pero todo quedó ahí. Nadie lanzó objeción alguna al análisis del primer secretario del partido. De hecho, su gestión fue aprobada por total unanimidad por los 1.226 delegados.

Hoy también se conocerá la composición de la ejecutiva del partido. Confirmada la continuidad del triunvirato de la dirección -formado por José Montilla, José Zaragoza y Miquel Iceta-, queda pendiente saber si se mantendrá la presidencia del partido, vacante desde la marcha de Pasqual Maragall. Montilla es partidario de mantener esta figura. En este caso, Manuela de Madre ocupará la plaza, aunque haya mostrado ciertas reticencias por motivos de salud.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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