Objetivo, ser fuerza beligerante
2004 marcó el año en el que las FARC reforzaron su ofensiva internacional para restañar una imagen cada vez más deteriorada por las denuncias de las organizaciones de derechos humanos. En enero de ese año, la Comisión Internacional de las FARC, encabezada por Raúl Reyes, elaboraba su plan de trabajo. En su capítulo propagandístico, los objetivos para Europa se han mantenido intactos: lograr su salida de la lista de organizaciones terroristas, buscar el reconocimiento como fuerza beligerante, "denunciar la ilegitimidad del Gobierno colombiano", presionar a Álvaro Uribe para que acepte negociar bajo las condiciones de las FARC e infiltrar organizaciones afines ideológicamente para usarlas como plataformas.
"Los contactos de las FARC se desarrollan por medio de partidos y movimientos radicales, que les facilitan espacios académicos, culturales y algunos medios de comunicación", dice un informe de la inteligencia colombiana. Junto a los miembros activos, verdadero objetivo de Bogotá, hay redes de apoyo más o menos laxas, que se reparten por Ginebra, Bruselas, París, Madrid, Bilbao, Berlín, Colonia o Copenhague. Cuentan con varios medios de comunicación afines. El principal es la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), ubicada en servidores daneses y suecos. La agencia fue fundada en 1996, pero en el documento de las FARC de 2004 se dan las directrices precisas para "darle vida permanente".
También están la Agencia Bolivariana de Prensa, en servidores italianos, y el Grupo de Información Alternativa Nueva Colombia, en Berlín. En Suecia tiene su sede la emisora Café Stereo, cuyos equipos han sido ubicados en la ciudad de Sodertalje. La revista Resistencia, lanzada en Berlín en 2000, se edita en seis idiomas, entre ellos el español. Este "proselitismo internacional presiona y desgasta al Gobierno, sabotea la gestión de la diplomacia y restringe la cooperación internacional", señala el citado informe.
