Montajes de palangre
Este Grec no empezó con buen pie. Història del soldat, el montaje que lo inauguró, no gustó y fue incluso abucheado. Es cierto que no cuajó, pero también lo es que hemos visto montajes bastante peores inaugurando ediciones pasadas, y recuerdo, por ejemplo, el de La Perritxola de Dagoll Dagom. Pero claro, mientras que uno era de casa nostra, el que nos ocupa llevaba firma extranjera y eso, para algunos, es muy importante. Era además una apuesta personal del director del festival, Ricardo Szwarcer, que quiso abrir con algo especialmente concebido para la ocasión y no salió bien. De todas maneras, de haberse presentado cualquier otro día en cualquier otro espacio la acogida hubiera sido muy distinta. Espero que no se deje amedrentar por unos silbidos y se arriesgue de nuevo el año que viene.
Si nos ceñimos exclusivamente a la calidad de lo que hemos visto, el Grec que acaba de concluir nos deja con varios montajes teatrales extraordinarios. Me quedo con cuatro: Troilus and Cressida de los Cheek by Jowl, sencillamente maravilloso; otro shakespeare, éste nacional, El rei Lear de Broggi, sincero y conmovedor; A disappearing number de complicite, tan fascinante; Pinsans i caderneres de Albertí, un estupendo divertimento como colofón. Ha habido también morralla, pero éstos cuatro borran el resto.