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Reportaje:Empresas & sectores

Matrimonio de altos vuelos

La banca de inversión aplaude la fusión anunciada entre Iberia y British Airways

Dicen que los matrimonios por interés duran más que los que se celebran por amor, y éste puede ser el caso de la fusión entre Iberia y British Airways (BA). Después de diez años conviviendo como aliados, como socios estratégicos y miembros de una misma alianza global (OneWorld), por fin el martes ambas aerolíneas acordaron, tras algunos sonados desplantes previos (la británica intentó hace un año hacerse con la española con ayuda de Texas Pacific Group a un precio de saldo de 3,6 euros por acción), comunicar su compromiso de boda.

La formalización del enlace, cuyos detalles están aún por definir, durará un año, pero los analistas, ávidos de carburante para reanimar unas Bolsas anémicas, han sacado ya la calculadora y adelantan que la boda va a deparar a los cónyuges todo un abanico de variopintas y multimillonarias sinergias y ahorros (entre 380 y 720 millones de euros, según Citigroup; 663 millones en tres años, según BNP Paribas; 700 millones, según BBVA, o 350 millones, según BPI, por sólo citar algunos).

Citi dice que la fusión puede elevar el valor bursátil de Iberia-BA de un 35% a un 70%
Va a ser el tercer grupo aéreo mundial, con una facturación de 16.500 millones
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Fuentes de las dos compañías aseguraron el martes, sin embargo, que la unión va a suponer "más eficiencia, ahorro de costes y mayores ingresos"; que la operación es de carácter industrial y no especulativo; y que no han calculado aún el ahorro concreto que les supondrán las sinergias del grupo ni si deberán prescindir de muchos o pocos trabajadores.

La operación se hará por medio de una nueva sociedad holding (una matriz de grupo) para mantener las dos marcas, los derechos de aterrizaje y despegue que tiene cada una de ellas, y las dos estructuras corporativas previas (incluidos los consejos de administración). La cuenta de resultados de la nueva compañía, que va a cotizar en Londres y Madrid, será común y englobará las cuentas de las dos aerolíneas filiales, según han anunciado el presidente de Iberia, Fernando Conte, y el consejero delegado de British Airways, Willie Walsh.

El nuevo grupo, que va a conservar y a desarrollar alianzas con American Airlines, aspira a convertirse en el tercer jugador global de su sector y así competir con el grupo nacido de la integración de Air France y KLM y con el conglomerado formado por Lufthansa y Swiss.

La nueva empresa que surja de la fusión alcanzará en conjunto unos ingresos de 16.500 millones de euros, lo que va a convertirla en la tercera mayor aerolínea mundial por volumen de facturación; tendrá una flota de 450 aviones que la situará como la quinta más importante; va a mover 65,5 millones de pasajeros al año y contará con 67.000 empleados.

El presidente de Iberia y el consejero delegado de BA explicaron el martes que en la nueva sociedad conjunta que se va a crear sus accionistas respectivos tomarán, mediante canje de títulos, un número proporcional de acciones de la matriz a las carteras que posean en la aerolínea española y en la británica. Advirtieron, no obstante, que aún no están fijados los términos del canje ni el criterio al que se ajustará, aunque se prestará atención al precio de mercado, dijeron, y BA vale en Bolsa el doble que Iberia. Eso otorgaría, en principio, dos tercios del capital de la nueva matriz a los accionistas de la británica.

"El panorama de la aviación está cambiando y la consolidación de las aerolíneas es más que necesaria", ha señalado esta misma semana Willie Walsh. "El balance combinado, las sinergias anticipadas y la combinación de las redes de las aerolíneas convierten a la fusión en una propuesta atractiva, especialmente dado el ambiente económico actual", agregó el consejero delegado BA.

Un juicio, dictado sin duda por el sentido común, que comparten la generalidad de los analistas, y eso que no se ha hecho pública la ecuación de canje de las acciones para la fusión. La integración va a tener un impacto positivo, decían en un reciente informe los expertos de Ahorro Corporación. "Asumiendo unas sinergias similares a las obtenidas por Air France-KLM, el valor actual de los ahorros de costes ascendería a 3.190 millones de euros". Si el canje, agregaban estos analistas, mantuviese la estructura de capitalización actual (a fecha 28 de julio), implicaría un impacto en Iberia de 990 millones de euros; es decir, un 37% sobre el precio de cierre del citado 28 de julio.

Iberia mantendrá una participación del 33% en la compañía resultante de su fusión con BA, frente a un 66% de la aerolínea británica, señala un informe de la estadounidense Citi, que ha realizado el cálculo en función del valor en libros de ambas empresas a fecha del 3 de marzo pasado. Este informe prevé, además, que el valor de mercado de la aerolínea fusionada, que se calcula en 4.380 millones de libras (5.574 millones de euros), "pueda aumentar en una horquilla situada entre los 1.500 y 3.000 millones de libras (1.907 y 3.834 millones de euros), lo que dispararía su valor bursátil entre un 35% y un 70%".

Unos porcentajes a los que llegan también los analistas de Infomercados. "Asumiendo un PER

[número de veces que el beneficio está contenido en el precio de la acción] de 5 veces, el típico de las aerolíneas, con la inclusión de las sinergias, el valor de mercado de ambas compañías combinadas podría ser impulsado entre un 35% y un 70%", señalan. "La capitalización de Iberia-BA", agregan, "podría elevarse hasta una cifra comprendida entre los 7.513 y los 9.470 millones de euros".

"La fusión se articulará a través de un cambio de cromos con el valor en libros de las sociedades como referencia, por lo que los accionistas de Iberia representarán el 33% de la compañía. Así, Caja Madrid poseerá el 8% (ahora tiene el 24% de Iberia) de la que será la tercera aerolínea europea por ingresos con 17.000 millones", agrega Infomercados.

La Caixa va más allá en su análisis de la operación y afirma con cierto desenfado patriótico: "Creemos que la ecuación de canje debería favorecer ligeramente a Iberia, que al fin y al cabo es la que se deja querer después de muchos años en el olvido. Además, entendemos que Caja Madrid y El Corte Inglés, como garantes de la semiespañolidad de la compañía, deberían estar premiados. A los precios actuales sin prima ni a un lado ni al otro, Caja Madrid tendría un 7,4% de la nueva compañía (8,2% sumando la participación de El Corte Inglés) mientras que Invesco, el accionista principal de BA, tendría un 8,2".

Merezca premio como dice La Caixa o no, lo cierto es que Caja Madrid ha sido clave para arrumbar en Iberia operaciones de asalto recientes, como la mencionada de Texas Pacific Group, y que promovía desde hace tiempo soluciones de integración, como la que ahora se plantea, que preservasen al menos una parte del carácter nacional de la que ha sido compañía española de bandera. La caja de ahorros madrileña compró en 2007 un 13,4% de Iberia a BBVA y Logista, pero pagó esas acciones muy caras, a 3,60 euros por título, y acumula unas minusvalías de 185 millones de euros.

Algún comentarista atribuye a estas minusvalías y al delicado momento que viven cajas y bancos por los créditos concedidos al sector inmobiliario, ahora en profunda crisis, la alegría con que ha acogido Caja Madrid el anuncio de fusión y dudan, incluso, que no haya estado en la cocina de la operación (la entidad lo niega).

Deutsche Bank cree que la fusión es necesaria pero insuficiente para la aerolínea británica y que comparativamente va a ser más positiva para Iberia. Asume en el informe que las acciones de la española tendrán un premio del 50% de su valor en la fusión. Un informe del alemán Dresdner Kleinwort resalta la bondad de los gestores de las dos aerolíneas y su capacidad para recortar gastos.

La prensa británica ve la operación desde otra perspectiva. "La fusión fue vendida como una unión entre iguales, pero los analistas del sector aéreo no tenían ayer ninguna duda de que BA será el socio dominante. Tendrá más de dos tercios del valor de la compañía resultante y, por lo tanto, se espera que tenga mayor influencia en determinar la futura cultura y la estructura de la aerolínea", señala The Times.

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