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AENA deja sin ayuda en Barajas a una discapacitada que pidió asistencia

La mujer y su madre pierden el avión, sufren un timo y acaban el viaje en autocar

Rebeca Carranco

Alicia Kier llevaba tiempo preparando su viaje a España en avión. Y no un viaje cualquiera: la mujer, de 75 años, y su hija, Patricia Martínez, de 45 y con discapacidad intelectual, iban a dejar definitivamente su Argentina natal para instalarse en Granada, donde vive su hijo.

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Al miedo tremendo a volar de Alicia se unía la dificultad de viajar con su hija. Por eso, para evitar cualquier tropiezo, su hijo Fabián, de 40 años, les solicitó desde Granada el servicio de asistencia a personas con movilidad reducida de AENA, la entidad gestora de los aeropuertos. Y se lo concedieron. Pero ayer en el aeropuerto de Barajas nadie acudió a ayudar a las mujeres para desembarcar y hacer la conexión con un vuelo de Iberia a Granada. El viaje se saldó con un timo de 100 euros y cinco horas de autobús, cargadas con las maletas, hasta Granada, según relata la mujer.

El vuelo de Alicia, operado por la compañía Air Comet, aterrizó en Barajas a las 7.30 de ayer. Alicia esperaba en el avión a que alguien la asistiera. "Le pregunté a una azafata si tenía que esperar sentada. Y ella me preguntó si usaba silla de ruedas. 'Yo no uso ninguna silla', le dije, y entonces me indicó que bajara y esperara la asistencia en tierra", cuenta Alicia por teléfono, ya desde Granada. Pero en tierra nadie acudió en su ayuda.

AENA confirmó ayer que no asistieron a la mujer, a pesar de existir una solicitud aceptada. "No se la identificó en el avión y aún no sabemos por qué", adujo un portavoz. Nadie buscó a la dueña de esa solicitud de asistencia, y la ayuda quedó sin prestar. AENA insiste en que otras cinco personas de ese mismo vuelo sí obtuvieron la ayuda solicitada.

Hasta hace 10 días, el servicio de asistencia a personas que no pueden valerse por sí mismas (excepto niños) dependía de las compañías aéreas. Pero desde el 26 de julio, una normativa de la Unión Europea obliga a que los aeropuertos lo faciliten (es gratuito). En Barajas, el servicio está subcontratado a una unión temporal de empresas, formada por Iberia y Eulen.

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El personal de AENA sí indicó a Alicia cómo coger un autobús desde la T-1 hasta la T-4, de donde partía su vuelo de Iberia a Granada. Ya en el mostrador, la mujer supo que tenía que pagar exceso de equipaje. "Y ahí empezó el calvario", relata Alicia. No supo hacer la gestión y perdió el vuelo. Eran las 11.30. "Nadie me ayudó", afirma. A excepción de un supuesto médico, que la engatusó para acompañarlas a la estación de autobuses de Méndez Álvaro y una vez allí desapareció con los 100 euros que Alicia le dio para que comprara los billetes a Granada. "El hombre me robó", lamenta.

El hijo de Alicia, Fabián, culpa a AENA de lo ocurrido. "Nadie me dio una solución en las 11 llamadas que hice para que asistieran a mi madre y a mi hermana cuando me llamaron para decirme que estaban solas". "Les podría haber pasado algo todavía peor que perder el vuelo y sufrir el robo de 100 euros".

Patricia Martínez, a su llegada a Granada. Detrás, su madre se abraza con un familiar.
Patricia Martínez, a su llegada a Granada. Detrás, su madre se abraza con un familiar.ANTONIO G. OLMEDO

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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