Más altura, más estilo, más audiencia

A la sombra de Pau Gasol y compañía, la selección femenina pasa a menudo inadvertida, generalmente hasta que empieza a competir. "Entonces, uno se sienta frente a la televisión. Ve un partido vuestro, aunque sea por casualidad, y acaba enganchándose". No exactamente con estas palabras pero sí dando a entender este fenómeno hablaba, zalamero, un jugador de balonmano en un corrillo en el que Amaya Valdemoro y varias de sus compañeras departían animadamente con olímpicos de otros deportes, el pasado jueves en la Casa de España en Pekín.

Amaya, líder del equipo de baloncesto que debutó en los Juegos ayer con una derrota por 67-64 ante China, argumenta: "Los éxitos del equipo masculino nos han venido fenomenal, nos han salpicado de manera positiva. Pero no se puede comparar. No digo que ellos no lo tengan, pero a nosotras nos quitas la garra, el corazón, el carácter, y no somos nada. Precisamente por eso enganchamos a la gente. Porque podemos ir perdiendo por 20 puntos y no nos rendimos y somos capaces de remontar".

"Nos quitas la garra y el corazón y no somos nada. Enganchamos a la gente"

"La derrota entraba dentro de lo posible. El equipo tiene gente joven, había ansiedad"

Estuvo a punto de suceder ante las chinas, que llegaron a tener una renta de 13 puntos. "La derrota entraba dentro de lo posible. El equipo es nuevo, con gente joven, había ansiedad".

El equipo que dirige Evaristo Pérez se ha renovado con la llegada de tres jugadoras de 19 años y que han sido campeonas de Europa en categoría cadete y júnior: Alba Torrens (1,95 metros), Laura Nicholls (1,89) y Tamara Abalde (1,93). "Nos viene una generación de ganadoras, de jugadoras que aportan más centímetros y con mucho talento. Lo demuestran hasta en los entrenamientos, en los que son muy competitivas. Nosotras éramos algo así como el ejército de Pancho Villa y ahora nos han llegado jugadoras mucho más estilosas", cuenta Valdemoro. La alero madrileña acabó llorando el último Europeo, en el que España logró la medalla de plata pero estuvo a punto de vencer en la final a Rusia y repetir el título que obtuvo en 1993. En cambio, en los Juegos, la selección sólo ha participado dos veces: fue quinta en Barcelona 1992 y sexta en Atenas 2004.

Amaya Valdemoro, que el día 18 cumple 33 años y que sale de una lesión, por lo que no ha logrado alcanzar aún su mejor nivel, habla con la autoridad que le otorga su experiencia, su calidad y un historial repleto de éxitos. En su vitrina guarda seis Ligas españolas, una Euroliga, tres anillos de la NBA y una Liga en Rusia, donde ha jugado las últimas tres temporadas, la última, en las filas del CSKA de Moscú. "Hay que hacer lo posible por quedar entre las tres primeras en nuestro grupo. Me parece que la primera del otro será Australia, que está a un nivel superior. A las demás, las podemos ganar, incluso a Rusia como ya hicimos hace poco en un amistoso de preparación", concluye la líder del equipo dirigido por Evaristo Pérez. "Deseamos ilusionar a la gente con nuestro juego y para eso debemos llegar lo más lejos posible en un torneo en el que varias selecciones optamos a subir al podio", afirma el seleccionador.

Amaya le mira y asiente. Se toca la nuca, en la zona en que se tatuó el año pasado el nombre de su madre fallecida. A ella, como siempre, desea dedicar una medalla que premiaría el éxito de una generación de jugadoras como Amaya, Isa Sánchez, Laia Palau, Anna Montañana, Elisa Aguilar y Lucila Pascua apuntalada por las promesas que empujan fuerte tras ganarlo todo en categorías inferiores.

España, 64 (15+9+20+20): Palau (7), Aguilar (8), Torrens (18), Montañana (13) y Pascua (3); Lima (8), Valdemoro (5), Sánchez (0), Abalde (0), Martínez (0), Revuelto (2) y Nicholls (0).

China, 67 (18+19+15+15): Song (5), Bian (15), Miao (12), Sui (9) y N. Chen (12); Shao (3), X. Chen (6), Liu (3), X. Zhang (3), H. Zhang (0) y Y. Zhang (0).

Próximo partido: España-Nueva Zelanda (madrugada del domingo al lunes, 3.00).