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Guerra en el Cáucaso

Merkel critica a Moscú por el uso desproporcionado de la fuerza

Medvédev dice que surosetios y abjazos no pueden vivir bajo control de Tbilisi

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y la canciller alemana, Angela Merkel, debatieron ayer en Sochi (en la costa del mar Negro) sobre el conflicto con Georgia sin aproximar sus posiciones sobre cómo abordarlo. El primero defendió el apoyo militar ruso a los territorios independentistas de Osetia del Sur y Abjazia en nombre de la defensa de sus conciudadanos e insistió en el papel de Moscú como garante de la seguridad en el Cáucaso. Su interlocutora hizo hincapié en la necesidad de respetar la integridad territorial de Georgia y consideró "desproporcionado" el comportamiento ruso. Rusia no quiere un "deterioro" de sus relaciones con Occidente a consecuencia del conflicto, dijo Medvédev, que instó a "minimizar las consecuencias" del mismo.

"El plan de Sarkozy no es una solución, pero sí un progreso", asegura la canciller
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La cita ruso-alemana había sido concertada antes de la crisis y no fue un diálogo de sordos ni un cruce de reproches, pero no resolvió las discrepancias entre el Kremlin y su principal socio económico europeo. Ambos dirigentes coincidieron, no obstante, en la necesidad de permitir el acceso de las organizaciones humanitarias a las zonas afectadas por la guerra.

Merkel, que viajará próximamente a Georgia desde Berlín, evitó pronunciarse sobre las causas del conflicto y las responsabilidades en él. La canciller opinó que rara vez hay un solo culpable, pero que, incluso considerando los argumentos rusos, su comportamiento había sido "en parte desproporcionado". Medvédev dijo tener pruebas de la responsabilidad de las tropas georgianas por el ataque a Tsjinvali e invocó el mandato de sus pacificadores en la zona. La mayoría de los osetios del sur tienen pasaporte ruso, cuyo reparto se intensificó durante la presidencia de Vladímir Putin.

La canciller elogió el plan concertado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, entre Moscú y Tbilisi. "No es una resolución del conflicto, pero sí un progreso", dijo Merkel, y añadió que "la integridad territorial de Georgia es el punto de partida" para buscar una solución, que debe basarse en un diálogo "sobre la autonomía u otras posibilidades". "No todos los pueblos que quieren abandonar un Estado, y eso lo sabe también Rusia, están en condiciones de ser países independientes", agregó, aludiendo a los problemas territoriales experimentados por Moscú en el caso de Chechenia. "Si lo hicieran [si se declararan independientes], en el mundo habría muchos problemas. Cada caso debe verse por separado", dijo. La canciller consideró que no se puede esperar 15 años más para resolver los llamados "conflictos congelados".

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"Nadie rechaza el principio de la integridad territorial. De lo que se trata es de una situación concreta en un país concreto. Después de lo que pasó, es poco probable que los abjazos y los surosetios puedan continuar viviendo juntos con los georgianos en un mismo Estado", afirmó Medvédev. Para ello, se necesitarían "esfuerzos titánicos", afirmó. "Rusia como garante de la seguridad en el Cáucaso tomará las decisiones que reflejen de forma clara la voluntad de estos dos pueblos y no sólo aceptará esta voluntad, sino que regirá su política internacional por ella", aseguró Medvédev.

También hubo matices en torno a la presencia internacional en la zona de conflicto. Merkel quiere más observadores en la región y mencionó la necesidad de incrementar el contingente de la OSCE, que ya actuaba en la zona. Medvédev afirmó que Rusia no está en contra de un contingente internacional de pacificadores, pero, según él, los abjazos y los osetios del sur "confían sólo" en los pacificadores rusos, de la misma manera, según dijo, que Kosovo confiaba en la Unión Europea para realizar una tarea de pacificación.

Preguntada sobre la política atlantista de Georgia, Merkel consideró que no había motivo para modificar los planes respecto a la incorporación de este país al plan de acción para el ingreso en la OTAN.

Señaló, sin embargo, que no se ha fijado un plazo para la incorporación de este país y de Ucrania a la Alianza. En la cumbre de la OTAN el pasado abril en Bucarest se decidió que los ministros de Asuntos Exteriores debatirán en diciembre sobre la incorporación de Georgia y Ucrania al plan de acción para el ingreso, lo que equivaldría a un paso importante hacia la Alianza.

Angela Merkel y Dmitri Medvédev, en Sochi.
Angela Merkel y Dmitri Medvédev, en Sochi.EFE

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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