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Análisis:PEKÍN 2008 | Atletismo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Unos pasos por detrás de Bolt

Es frecuente en el deporte que los científicos vayamos algún paso por detrás de grandes atletas, que nos sorprenden. A veces, se elaboran sofisticados modelos de cómo va a ser la evolución de la técnica y de las marcas. Después, nadie espera en el horizonte nada nuevo que se pueda salir de lo previsto. A pesar de ello aparece un atleta que es capaz de rompernos los esquemas. Basta pensar en lo sucedido en los Juegos de México del 68 con Dick Fosbury, quien también tenía en aquel entonces 21 años (Usain Bolt cumplió ayer 22), que nos ha dejado boquiabiertos con su extraordinaria marca. Lo que sucedió después de México fue que los biomecánicos analizaron los saltos de Fosbury tratando de explicar el porqué saltando de esa forma se podía tener una cierta ventaja. Pero quien inició el camino fue un atleta, no un científico. Aquel caso, hay que reconocerlo, fue posible gracias a la introducción ese mismo año de colchonetas que suplían a los antiguos fosos de arena. Pero también hay que decir que ningún científico pudo prever que tal forma de saltar apareciera y se convirtiese con los años en la más frecuente, por no decir la única que emplean los saltadores de cierto nivel.

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Monstruoso Bolt

Como es habitual en Usain Bolt, salió con un discreto tiempo de reacción; 182 milisegundos, frente a los 161 que marcó Michael Johnson en el récord de Atlanta 96 que se ha roto. En 42 pasos Bolt se situó en los 100m. A Carl Lewis, considerado un corredor de pasos amplios, se le tomaron 44,1 en su plata de Seúl en el 88 (19,79s). Hay que decir que algunos pasos parecían desencajados y difíciles de controlar con su 1,96 de estatura y la forma peculiar que tiene de moverse. En un tramo de la curva, incluso estuvo a punto de salirse de su calle, pero a diferencia de que puede ser habitual, su trayectoria se fue hacia la calle externa. Cuando llegó a los 100m su tiempo era extraordinario: inferior a 9.90s (sin contar el tiempo de reacción). Ya en ese punto tenía ventaja sobre el anterior récord de Michael Johnson, a quien le tomaron 9,964s. El resto de carrera, en el que ya predominaba el trazado recto, lo hizo en 37,8 pasos (frente a 40,23 tomados a Carl Lewis en Seúl). El tiempo empleado en recorrer los segundos 100m de carrera fue sensiblemente superior a los 9,188 de Johnson, pero no lo suficiente como para perder la ventaja que le sacó en los primeros 100m.

La velocidad media de Bolt fue ligeramente superior a la que mostró cuando hizo el récord de los 100m (37,31 frente a 37,11 kilómetros a la hora). La amplitud media de los pasos fue descomunal (2,51m) si se compara con la de otros atletas, como los 2,27m de Boldon, cuando ganó el Mundial de Atenas del 97. Y encima Usain Bolt ha mostrado una increíble amplitud media entre el 100 al 200 (2,65m en cada paso). Finalmente, se dice que los corredores de amplitud, para ser competitivos deben mostrar una suficiente frecuencia de pasos y mantenerla en un buen nivel. Pues los primeros 100m de Bolt, en los que limitó la amplitud de sus pasos de gigante obtuvo una frecuencia de 4,29 pasos en cada segundo (superiores incluso a los 4,28 de Carl Lewis). Eso sí, cuando en la segunda mitad de carrera, aumentó la amplitud, su frecuencia se redujo a 4,06 pasos en cada segundo.

Se va a hablar mucho en próximos meses de la hazaña de Usain Bolt. El trabajo que toca ahora a los científicos del deporte es explicar lo que ha sucedido. La historia se repite una vez más: un atleta fuera de lo común nos abre los ojos y permite que visualicemos una forma diferente de correr, que quizás permita en el futuro mejoras hasta ahora impensables

Xavier Aguado Jódar es biomecánico de la Universidad de Castilla-La Mancha

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