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Reportaje:FÓRMULA 1 | Gran Premio de Europa

"Seguro que algún día ganaré aquí"

El asturiano, al que los mecánicos no le pudieron reparar el coche, ha abandonado en las dos carreras disputadas en España

Oriol Puigdemont

Dice el refrán que lo que mal empieza mal acaba y Fernando Alonso puede dar fe de ello para desgracia de los alonsistas, que ayer tenían los dedos cruzados y esperaban que se produjera una carambola imposible que permitiera remontar al español, que arrancó el duodécimo tras igualar su peor clasificación de la temporada: la del primer gran premio, en Australia. Pero la esperanza se desvaneció pronto, exactamente en cinco curvas, las que tardó Kazuki Nakajima, el piloto japonés de Williams, en embestir por detrás al asturiano. El impacto fue tan fuerte que desprendió el alerón trasero del R28 de Alonso y le obligó a enfilar inmediatamente el carril de los talleres. Tras permanecer un par de vueltas dentro del habitáculo a la espera de que los mecánicos evaluaran los daños sufridos en el monoplaza, salió del vehículo y se fue a la rebotica del taller, se sacó el casco y la protección cervical y se secó el sudor de la cara y el cuello con una toalla. Tres cuartos de hora más tarde, se fue del circuito por la pasarela que cruza la pista en dirección al aparcamiento. Faltaba una hora para que Massa cruzara la meta como ganador del primer gran premio de F-1 disputado en el circuito de Valencia. Unos minutos antes, entre cabreado y resignado, Alonso quiso mandar un mensaje a todos sus seguidores. Fue algo así como un volveré.

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"Me quedan muchos años en la fórmula 1 para poder ganar aquí y seguro que voy a lograrlo algún día. Ya lo hice en Barcelona", avisó Alonso, que ha abandonado en las dos carreras que se celebran en España —en Montmeló rompió el motor—. "Esta temporada no estoy en condiciones de luchar por el título mundial, así que prefiero tener mala suerte ahora que más adelante, cuando vuelva a ser competitivo", aseguró el bicampeón del mundo.

En cuanto al accidente, el corredor de Renault no desveló nada distinto a lo que se vio en televisión y volvió a referirse a la condena de salir retrasado en la parrilla tras una pésima actuación en la sesión de clasificación. "En la salida pude remontar una posición, la de Nakajima, y luego noté un empujón muy fuerte por detrás. Son las cosas que pasan si sales tan atrás. Siempre puede haber un incidente y hoy me han embestido a mí. Luego, cuando he llegado al box, los mecánicos han tratado de reparar la avería porque quería terminar la carrera como fuera y en la posición que fuera", recalcó el ovetense; "pero, tras analizar bien el coche, han detectado que el cambio y la suspensión también estaban rotos. Es una pena, especialmente por la gente que ha abarrotado el circuito", cerró Alonso, que la próxima semana estará en el circuito de Monza en unas sesiones de entrenamientos programadas de miércoles a viernes en las que probará elementos de la suspensión y los frenos del R28.

Raikkonen arrolla a un mecánico

Entre los ferraristas, ya hay quien mira a Kimi Raikkonen y ve en él a Pierre Nodoyuna, el más malvado de la serie de dibujos Los autos locos, que, en su afán de ganar la carrera interminable a toda costa, caía en desgracia una y otra vez. Las penurias se le acumulan al campeón finés, que rompió el motor de su coche en Australia, embistió a Adrian Sutil en Mónaco y Hamilton se lo llevó por delante en el pit-lane de Canadá.

Ayer, en Valencia, en el segundo de sus repostajes (vuelta 43ª), atropelló a uno de sus mecánicos, Piero Timpini. La escena fue dramática. Raikkonen se metió en el carril de boxes después de Kovalainen (cuarto) y aceleró antes de tiempo —la luz del semáforo para arrancar estaba en ámbar—. El mecánico, que sujetaba la manguera del combustible salió disparado tras sufrir una fuerte sacudida, cayó al suelo y el coche le pasó por encima. La precipitación le costó a Raikkonen unos nueve segundos y a Timpini una microfisura en un metatarso del pie izquierdo.

"Me sabe mal por el mecánico. He arrancado un poco antes de tiempo. Ha sido culpa mía", reconoció el finlandés. Dos vueltas más tarde, el de Ferrari terminó su carrera cuando, a su paso por la recta de meta, su coche comenzó a expulsar una humareda blanca. Había roto el motor.

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