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Sonia, 35 años y dos hijos "Subsisto por mis padres"

Sonia Santaolaya, de 35 años y con dos niños a su cargo de cuatro y un año, encara "como puede" una angustiosa situación vital. Desde que en agosto dejó de cobrar el subsidio del paro de su ex compañero, vive en una permanente asfixia económica. "Subsisto gracias a mis padres, ellos son los que están afrontando todos mis gastos", comenta. Sonia tiene una casa en el barrio alicantino de Juan XXIII aunque, como ella matiza, pertenece al banco, al que todos los meses abona una hipoteca de 330 euros. La complicada situación de Sonia se agudizó el pasado junio cuando ella y su compañero decidieron terminar la relación. Las dificultades financieras fueron en gran medida responsables de su ruptura. Desde noviembre de 2007, fecha en la que su compañero quedó en paro, la pareja recibía unos 600 euros gracias al subsidio de desempleo de él, que se completaban con las ayudas que recibían de los padres de ella. "Cuando no entra dinero suficiente, las discusiones se multiplican", dice Sonia. Ahora, su antiguo compañero le pasa algo de pensión, y ella y sus niños sobreviven gracias al dinero que gana como cocinera en el bar de sus padres. En el momento de realizarse esta entrevista, a Sonia le acababan de cortar la luz por los recibos pendientes. El bar de sus padres, "que ha caído en picado", y su ayuda se han convertido en su único refugio.

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