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Crisis financiera mundial | Los efectos en Europa

Francia, Bélgica y Luxemburgo salen otra vez en ayuda de Dexia

Los tres Gobiernos facilitarán avales a la entidad

Andreu Missé

Los Gobiernos de Bélgica, Francia y Luxemburgo, acordaron ayer salvar de nuevo de la quiebra al grupo de banca y seguros Dexia, muy implantado en los tres países. La intervención se realizará mediante la garantía de los préstamos y emisiones del grupo hasta un total de 4.500 millones de euros. Los tres han seguido los consejos del primer ministro británico, Gordon Brown, que el día anterior aprobó un plan de rescate de unas dimensiones sin precedentes para los bancos de su país por un montante total de 550.000 millones de euros.

Los 4.500 millones en garantías se suman a los 6.400 del primer rescate
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Tras una noche entera de intensas negociaciones en el palacio de Egmont en Bruselas, representantes de los tres Gobiernos acordaron garantizar los nuevos préstamos interbancarios y los depósitos institucionales de Dexia hasta el 31 de octubre de 2009. La garantía pública se extiende también a las nuevas emisiones de bonos para instituciones con un plazo de amortización máximo de tres años. Este paquete de garantías podrá renovarse por un año.

El acuerdo establece que el Estado belga otorgará un 60,5% del total de garantías, mientras que Francia correrá con 36,5% y Luxemburgo con el 3% de las mismas. Esta segunda intervención pública provocó un alza del 18% de las acciones de Dexia, hasta cotizar a 5,90 euros. El valor, que había sufrido fuertes pérdidas durante las últimas semanas, cotizaba a 23 euros hace un año.

Dexia recibió ya un primer balón de oxígeno el pasado 30 de septiembre cuando los mismos Gobiernos acordaron inyectarle un total de 6.400 millones mediante una ampliación de capital para devolver la confianza a los inversores. Pero esta nacionalización parcial resultó insuficiente y el grupo franco-belga registró nuevas caídas bursátiles por lo que requirió un nuevo respaldo público. Junto a la intervención pública del grupo la semana pasada, se acordó la sustitución de los máximos responsables. Los nuevos gestores son Jean-Luc Dehaene, que ha sido primer ministro en Bélgica en varias ocasiones, en calidad de presidente, y Pierre Mariani, ex jefe de gabinete de Sarkozy, como consejero delegado.

El aspecto más polémico del acuerdo fue determinar la solución para la filial de Dexia en Estados Unidos, FSA, cargada de hipotecas de alto riesgo y difícil recuperación, las llamadas subprime. Según la mayoría de observadores, el plan de rescate incluye también a la filial FSA, que en principio seguirá dentro del grupo. Leterme advirtió, no obstante, que los problemas de FSA no debían hundir al grupo. Por su parte, Dehaene precisó que no se podía pretender improvisar una solución en una noche.

El primer ministro belga, Ives Leterme, que ha participado directamente en las negociaciones, anunció que el Estado belga garantizará la viabilidad de todos sus bancos cuya caída pudiera provocar una crisis del sistema financiero del país, o crisis sistémica.

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