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Día europeo de la seguridad vial

Rubalcaba: "Ni era una maldición ni los españoles somos unos bárbaros desaprensivos"

Elsa Granda

Seguramente si usted le pregunta al ministro del Interior cuántos muertos ha habido hoy en accidente de tráfico, le conteste sin vacilar. El mismo mensaje que cada noche recibe el director de Tráfico también acaba en su teléfono móvil, y por la mañana escruta el cuadro comparativo mensual actualizado. Alfredo Pérez Rubalcaba nunca habla del descenso de víctimas en carretera sin mostrar el envés y asegura que el tema "es una prioridad política que está en la tripa de la casa". "En estos años hemos logrado cambiar la mentalidad y demostrar que ésta no es una maldición bíblica inevitable, que no es un precio que hay que pagar por el desarrollo y que los españoles no somos unos bárbaros desaprensivos", señala mientras reconoce que él mismo veía antes los accidentes como algo casi inevitable. "Acabas sintiendo los accidentes como algo muy tuyo y cuando veo a esos chavales que se matan con 18 años, pienso que hay mucho por hacer, que hay que apretar. Algunas noches, cuando va mal, llamo a Navarro y le digo: 'Navarro tío, ¿qué ha pasado hoy?".

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Los domingos a Rubalcaba también le toca despachar con el presidente, "y no hay domingo que no me pregunte cómo ha ido el fin de semana en la carretera". Durante la pasada legislatura, José Luis Rodríguez Zapatero protagonizó dos hechos inéditos en su cargo hasta entonces: recibió a las víctimas de tráfico y habló sobre seguridad vial en el debate sobre el estado de la nación. "La seguridad no es sólo que no te pongan bombas, también es que la gente no muera en la carretera", subraya el ministro.

¿Tiene ese apego algo que ver con los buenos resultados? "Yo he dado la cara siempre. En agosto de 2007 dejé las vacaciones y di una rueda de prensa para decir que iba fatal; en Semana Santa hice el balance y reconocí que habíamos pinchado. Creo que es importante que el ministro dé la cara, y yo creo que se puede hacer mucho; por ejemplo, sabes que introduces el carné por puntos y ¡qué demonios!, es que estás cambiando las cosas".

Por los pasillos de la sede de la DGT en la calle de Josefa Valcárcel de Madrid nunca antes se había visto tan a menudo a un ministro. Alguno de sus antecesores no estuvo allí nunca. Comentan que el interés, apoyo y trabajo conjunto de esta etapa no tiene precedentes. Navarro habla así de su jefe: "Es un lujo trabajar con Rubalcaba porque no pierde el tiempo con tonterías, está comprometido con la seguridad vial y lo vive con intensidad".

El ministro considera que hay margen para evitar muertos y heridos, "el ritmo de estos años no lo vamos a poder mantener, bajaremos, pero mucho más despacio. Y si fuera mal le echaríamos imaginación, nuevas medidas, corregiríamos lo que está mal...".

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