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Premio Nobel de Economía 2008

El Nobel premia al mayor crítico de la política de Bush

La Academia sueca destaca los trabajos de Paul Krugman sobre la nueva teoría del comercio internacional

Alicia González

"Algo muy divertido me ha pasado esta mañana..." Ésa fue ayer la primera reacción pública de Paul Krugman (Nueva York, 1953) a la concesión del Premio Nobel de Economía, desde su blog en The New York Times. Krugman, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004, columnista del diario neoyorkino y profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton, ha sido uno de los posibles candidatos al premio desde hace años.

La Real Academia Sueca de las Ciencias justificó el galardón en "su análisis sobre los patrones comerciales y dónde se lleva a cabo la actividad económica".

En realidad, Krugman ayudó a fundar la nueva teoría del comercio internacional. La tesis clásica justificaba el comercio en el intercambio de los productos que cada uno de los países fabricaba por su ventaja comparativa. Krugman desarrolla un modelo que demuestra que "los países también intercambian productos similares porque aprovechan la variedad de gustos de los consumidores y las economías de escala", explica Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano. Además, admite que hay cosas en el mercado que se producen por casualidad (los accidentes históricos) y eso puede determinar donde se instala la producción.

Es un detractor de la desregulación, uno de los orígenes de la crisis financiera
Sus posiciones políticas le han granjeado grandes apoyos y odios
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"Este premio recupera la visión del economista que analiza la actualidad y está comprometido políticamente", apunta Steinberg. Y es que, como él mismo reconoce, en los últimos años su faceta de analista político ha ganado terreno a la investigación y ahí ha dejado claro su profundo rechazo a las políticas del Gobierno Bush. "Vamos a decirlo así, el Nobel se ha entregado a bastantes intelectuales y la mayoría de ellos rechaza a Bush", aseguraba ayer en la rueda de prensa.

Una posición que le ha granjeado grandes adeptos y un número similar de críticos y que difícilmente ha podido ser ignorada por el jurado del Nobel.

Krugman, premiado por unos trabajos que realizó hace treinta años, es un gran crítico del neoliberalismo económico y de la ausencia de regulación y supervisión de los mercados, el origen para muchos de la actual crisis financiera. A preguntas de EL PAÍS por videoconferencia, Krugman rechazó connotaciones políticas indirectas en el premio "pero sí el reconocimiento del comportamiento imperfecto de los mercados", su gran batalla.

Krugman nunca ha ocultado sus posiciones demócratas y su respaldo a Hillary Clinton en la carrera por la nominación. Y eso que, con 29 años, formó parte del Consejo Económico Asesor de la Casa Blanca con el republicano Ronald Reagan en la presidencia.

Paul Krugman, ayer en una conferencia de prensa en Princeton.
Paul Krugman, ayer en una conferencia de prensa en Princeton.AFP

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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