_
_
_
_
_
Reportaje:

Todos contra Hamilton

Alonso, Kubica y Raikkonen critican abiertamente al líder del Mundial de fórmula 1 por su arrogancia y sus excesos temerarios en la pista

Las dos últimas carreras del Campeonato del Mundo de fórmula 1 prometen emociones fuertes. A todo lo que pueda ocurrir en la pista se añade la presión a la que diversos pilotos están sometiendo a Lewis Hamilton, que, a los 23 años, lucha por segunda vez por el título. Las críticas le llegan de todas partes. A lo largo de la temporada, ha recibido cinco sanciones por sus excesos de agresividad sobre el asfalto. Y ayer ninguno de los que compartió mesa con él en la sala de prensa del circuito de Shanghai, en el que el domingo se disputará el Gran Premio de China, dio marcha atrás en las acusaciones que ha lanzado contra él en las últimas semanas. Hamilton es el líder con cinco puntos de ventaja sobre Felipe Massa y 12 sobre Robert Kubica. Pero parece claro que la corona la dirimirán los dos primeros.

"Puedes ser agresivo y jugar limpio, pero lo de Lewis es peligroso", dice Kubica
"Siempre prefieres que ganen unos a que lo hagan otros", confiesa Alonso
"No me afecta. Lo que digan los demás no es mi problema", se defiende el británico
Más información
Alonso, tercero en Shanghai

La sensación generalizada es que Hamilton se enfrenta a todos los demás. Nadie le va a ayudar. "Si puedo ayudar a alguien, ayudaré a Massa", afirmó Fernando Alonso tras ganar en Japón. Por una razón u otra, casi todos tienen motivos para sentirse furiosos contra el británico. Y los sentimientos han comenzado a salir a la luz a medida que la lucha por el título se va cerrando. "Puedes ser agresivo, pero jugar limpio, o ser demasiado agresivo y excesivamente confiado", comentó Kubica antes de la cita en Monte Fuji; "lo que Hamilton hizo en Monza, por ejemplo, fue demasiado. Cortó por lo sano a Timmo Glock y le obligó a pisar la hierba. Y Alonso tuvo que levantar el pie del acelerador en la recta porque se le había cruzado en su línea. Eso me parece excesivo y muy peligroso. Cuando la rueda de delante y la de detrás de otro coche se tocan, comienzas a volar. Alguien debería tomar medidas".

Sentado en la mesa al lado de Kubica y por delante de Kimi Raikkonen y Alonso, Hamilton se fue acurrucando en su silla a medida que las preguntas se iban dirigiendo hacia lo que él no quería oír. Lo que debía ser una ofensiva en toda regla contra Alonso y Kubica por parte de la prensa británica se transformó en un auténtico boomerang que obligó a Hamilton a escuchar lo que piensan de él algunos de sus compañeros. "Vi perfectamente lo que Lewis hizo en la salida de Japón porque estaba justo detrás de él", respondió Alonso cuando un reportero le preguntó por qué había dicho en la prensa española que no vio nada, pero que estaba "de acuerdo" con la sanción a Hamilton. "A veces, lo que sale en la prensa no se ajusta exactamente a lo que uno ha querido decir", agregó intentando matizar sus palabras exactas.

La batalla verbal no acabó ahí. El mismo Alonso no rectificó cuando le preguntaron si realmente dijo que, si pudiera, ayudaría a Massa, pero advirtió: "Mi mejor amigo es Robert. Me gustaría que ganara el título, pero me parece complicado porque su coche no es tan competitivo. Es evidente que yo voy a hacer mi carrera, pero, cuando acabas, miras la clasificación y prefieres que ganen unos a que lo hagan otros. No creo que eso influya en la lucha por el título". De inmediato, Kubica rubricó sus declaraciones anteriores.

Pero un periodista del Daily Mail insistió: "¿No les parece que están celosos de Hamilton por el hecho de que encabeza el Mundial y es probable que se convierta en una estrella?". La cara de perplejidad fue absoluta. "Estoy contento con lo que estoy haciendo", respondió Kubica. "Estoy muy contento", apuntó Alonso. "Estoy bien con mi vida y no quiero cambiarla", cerró Raikkonen, el campeón actual, que también había lanzado críticas a Hamilton porque entendió que éste le había hecho perder la carrera de Japón al desplazarle de su línea cuando ya prácticamente le había superado en la salida.

Hamilton no se ruborizó o, al menos, no se le notó. "Todo eso no afectará mi forma de conducir. Lo que digan los demás no es mi problema", adujo; "me siento tan fuerte como siempre y lo único que me preocupa es hacer una buena carrera y ganar el título". Sin embargo, no pudo evitar que en el ambiente flotara el recuerdo de las cinco sanciones que ha recibido este año y que han dejado una marca en su largo expediente de refriegas: en Malaisia obstaculizó a Heidfeld y Alonso en la crono, en Francia se empotró contra el Ferrari de Raikkonen en la salida del box cuando el semáforo estaba aún en rojo y luego se saltó una chicane para adelantar a Vettel, en Bélgica se saltó otra chicane bajo la lluvia y en Japón perjudicó a los Ferrari y a Kovalainen en la salida.

La conducción de Hamilton es tan agresiva ahora como en el pasado. La diferencia es que hoy le sancionan y en 2007 sus acciones obligaban a veces a crear jurisprudencia. Sin embargo, nadie cuestiona su espectacularidad ni su calidad como piloto. Si gana el título, todas las peripecias del camino se olvidarán. Pero que no espere ninguna ayuda porque no la tendrá.

Alonso, Hamilton, Massa, Raikkonen y Kubica, cara a cara en lalistaWIP

Lewis Hamilton, en el circuito de Shanghai durante un descanso.
Lewis Hamilton, en el circuito de Shanghai durante un descanso.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_