_
_
_
_
_

Batirse en retirada

Tener cerca plantaciones de maíz transgénico, dicen los ecologistas, facilita la contaminación de los cultivos ecológicos a través del polen. La aparición de trazas de transgénico significa perder la certificación ecológica y tener que vender la cosecha más barata como maíz convencional. Muchos agricultores optan por la retirada.

En el año 2004, Aragón contaba con unas 200 hectáreas de maíz ecológico, cifra que se ha reducido en un 75% hasta el año pasado, según un estudio de Rosa Binimelis, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona. En Cataluña, entre los años 2002 y 2005, la superficie de maíz ecológico sólo disminuyó el 5%, "cuando el cultivo de maíz transgénico estaba menos extendido". El año pasado se descalificaron 1,71 hectáreas de las 34 hectáreas de maíz ecológico, afirma Daniel Valls, presidente del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica. En la presente campaña, difícilmente se llegará a 5 hectáreas.

Más información
España elude separar los cultivos transgénicos de los tradicionales

El maíz transgénico pega fuerte: en 2007, la superficie de la variedad modificada, que se cultiva comercialmente desde 1998, era de 35.000 hectáreas en Aragón y 23.900 en Cataluña (el 42% y el 55% del maíz sembrado, destinado básicamente a pienso).

Para evitar la contaminación, los agricultores lo han intentado todo. Hasta adelantar o retrasar la siembra. Félix Ballarín recuperó en el pueblo oscense de Seriñena la variedad de maíz rojo autóctona hembrilla. De poco le sirvió: cosechó la mitad de cereal y perdió la certificación ecológica. Los ganaderos ecológicos tendrán dificultades para abastecerse de piensos biológicos locales.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_