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Moncloa no llama a Rajoy ni a Aznar

Carlos E. Cué

El PP busca una posición intermedia en la polémica por la presencia de España en la cumbre internacional. Por un lado, los populares critican la política exterior del Gobierno. Pero por otro, Mariano Rajoy ha decidido, con la oposición de algunos dirigentes de su entorno, según fuentes de la dirección, que hay que mostrar todo el apoyo del PP a que España esté en la cumbre. Por eso Rajoy ofreció ayer en TVE su imagen más institucional y se mostró dispuesto a ayudar al Gobierno con los contactos que el PP tiene en partidos amigos, incluido el republicano en EE UU. Hace poco más de un mes, mientras el PSOE sólo estuvo representado en la convención demócrata, que encumbró a Barack Obama, el PP acudió a las dos.

Rajoy se quejó de que el Ejecutivo no le ha llamado ni siquiera para pedirle apoyo. Fuentes del PP señalan que no ha habido ningún tipo de contacto informal. Aún así, el PP mantiene la cautela porque cree que España aún podría conseguir estar en la cumbre. Pero si Zapatero fracasa la crítica sin cuartel está garantizada.

Como es habitual, Rajoy dio una de cal y otra de arena. Después de decir que el Gobierno tiene todo "su apoyo", señaló que "quien siembra vientos, recoge tempestades".

El Ejecutivo tampoco se ha puesto en contacto con el ex presidente José María Aznar, según confirmó ayer su entorno. Aznar, que apoyó la guerra de Irak, mantiene una excelente relación personal con George Bush, anfitrión de la cumbre y el principal obstáculo político para que España pueda acudir. Y podría interceder ante Bush para que facilite la entrada de España. Algunos aznaristas especulan con la idea de que Aznar ayudaría si se lo pidieran, aunque descartan que eso llegue a suceder.

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