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UPN suspende a su diputado y desaira la mano tendida de Rajoy

La dirección de Sanz sanciona a Del Burgo y busca la ruptura

Carlos E. Cué

No hay quien arregle un matrimonio mal avenido si uno de los cónyuges quiere separarse. Y UPN dejó ayer muy claro que el camino del divorcio con el PP no tiene fácil marcha atrás. Mariano Rajoy lo ha intentado todo, incluso se ha tragado sus propias palabras -dijo que rompería si UPN se abstenía en la votación de los Presupuestos, y cuando sucedió sólo suspendió la relación con la "actual" dirección- pero los navarros no parecen dispuestos a aceptar sus lisonjas.

El Comité Ejecutivo de UPN, presidido por su líder, Miguel Sanz, decidió anoche suspender cautelarmente de militancia a su diputado Santiago Cervera, que el pasado jueves votó con el PP, en contra de la decisión de su partido, y a Jaime Ignacio del Burgo, el histórico ex diputado y gran referente de los populares en Navarra, que se había mostrado en declaraciones públicas contrario a la abstención.

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No contento con esta evidente declaración de guerra, el partido de Sanz aclara que Cervera deja de ser su representante en la dirección del Grupo Popular -era portavoz adjunto-, y pasa a serlo Carlos Salvador, el otro diputado, que sí obedeció a su partido y se abstuvo. Además, dado que Cervera es miembro del Comité Ejecutivo del PP en representación de UPN, la resolución que aprobó ayer este partido "deja sin efecto" esta representación, por lo que nadie acudirá a las reuniones de la cúpula popular para expresar la opinión del supuesto partido hermano navarro.

La decisión pone a los pies de los caballos a toda la dirección del PP y en especial a su líder, ya que deja en entredicho la opción suave y conciliadora que tomó el pasado jueves, cuando decidió no romper definitivamente con UPN, como le pedían algunos medios conservadores.

Ayer mismo, poco antes de que comenzara la reunión, María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, encargada de mediar en la crisis con la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, dejó claro que cualquier sanción a Cervera sería interpretada como una agresión: "Las personas que han defendido el pacto no deben ser objeto de medidas disciplinarias", sentenció.

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Los populares, empeñados en buscar una salida -todas las fuentes consultadas aseguran que es muy difícil montar de la nada un PP navarro- han renunciado a sancionar de forma grave al diputado que se abstuvo. Sólo le cobrarán 300 euros por romper la disciplina, pero ni le mandan al Grupo Mixto ni le abren ningún expediente. Los populares incluso habían aceptado presentar las enmiendas de UPN a los Presupuestos, como gesto de buena voluntad.

Sanz ha decidido no recoger esa mano tendida y opta por imponer su autoridad frente al diputado díscolo. Aún así, todavía queda una última salida. La suspensión cautelar de militancia tiene plazo: "Durante la tramitación del expediente disciplinario" contra Cervera. Aún se puede concluir ese expediente de forma positiva para el diputado, que recuperaría así su condición de afiliado. Sin embargo, todo parece indicar que UPN ha optado por el divorcio definitivo. Sólo falta saber cuándo asume el PP el fracaso del matrimonio.

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