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Reportaje:EN PORTADA | Música

La banda sonora del cambio

En Los sueños de mi padre. Una historia de raza y herencia, la autobiografía de juventud de Barack Obama, el candidato a la Casa Blanca recuerda como uno de los mejores momentos de su vida el día en que su padre -ausente durante casi toda la infancia del político demócrata- le enseñó a bailar. A Obama le gusta mover las caderas, y a buen seguro que lo hará en la fiesta inaugural del 9 de enero si finalmente se cumplen los pronósticos y derrota al republicano John McCain en las elecciones del próximo martes. Como en muchas casas afroamericanas de Chicago, Detroit, Cleveland, Atlanta o Los Ángeles, esa noche no faltarán en Washington canciones de Stevie Wonder, Aretha Franklin, Marvin Gaye, Isaac Hayes y tantos músicos que han inspirado a generaciones de negros estadounidenses en su lucha por la igualdad.

La canción 'A change is gonna come', de Sam Cooke, simboliza las aspiraciones de Obama y su generación
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El 'efecto Obama'

¿Qué canciones han contribuido a la formación de Obama como persona y como político? Craig Werner, profesor de Estudios Afroamericanos de la Universidad de Wisconsin y autor de varios libros sobre música soul, elige dos: "Sam Cooke, que tuvo una visión muy clara de la necesidad de comunicarse con la población blanca sin renunciar a sus raíces afroamericanas, y Stevie Wonder, que trató con enorme energía y de manera constructiva problemas profundos". Ambos, sostiene Werner, tienen mucho en común con la actitud del senador de Illinois. "En el segundo debate televisado, Obama hasta se parecía a Sam Cooke: sereno, simpático, sosegado, solemne...".

Para Mark Anthony Neal, catedrático de Cultura Afroamericana de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, la música del movimiento de los derechos civiles funcionó como lo hacían las viejas canciones de trabajo de los esclavos. "La música se convirtió en la banda sonora de una lucha política participativa", afirma Neal.

Si las encuestas no se equivocan, Estados Unidos está en puertas de uno de los mayores cambios de su historia. Por primera vez, un hombre de origen africano tiene posibilidades de convertirse en el inquilino de la Casa Blanca. La integración de las personas de color en la sociedad estadounidense es un proceso largo, doloroso e inacabado en el que los deportes, el cine y, en menor medida, la literatura desempeñan un papel clave. Sin duda ha sido la música uno de los factores que más ha ayudado a reforzar el orgullo y la autoestima de un colectivo que hoy forman 38 millones de personas y que representa el 12% de la población del país.

"La música popular, especialmente el soul de los años cincuenta y sesenta, tuvo un papel central en la lucha por los derechos civiles", afirma el profesor Werner. "Músicos como Ray Charles, Curtis Mayfield, Sam Cooke, James Brown y Aretha Franklin dieron vigor a los líderes y a los ciudadanos de a pie que lucharon en primera fila de la batalla política". Para Werner, desde el rock and roll de Chuck Berry, Little Richard y Elvis Presley hasta las baladas de Otis Redding y las canciones de la discográfica Motown, "la música ayudó a romper las barreras de la segregación".

En su popular blog Soul Patrol, dedicado a la música negra de Estados Unidos, Bob Davies subraya que la época dorada del soul, entre 1955 y 1970, coincidió con el auge del movimiento por los derechos civiles, y que ambos fenómenos se retroalimentaron. Mark Anthony Neal opina que Aretha Franklin, Sam Cooke y Otis Redding fueron los cantantes más influyentes de aquellos años. "Rompieron las barreras entre el gospel y la música secular y se comprometieron con varios aspectos de la lucha por los derechos civiles", apunta el catedrático de Duke, quien recuerda también la importancia de artistas de gospel como el reverendo James Cleveland y The Staple Singers.

Todos los expertos consultados coinciden al elegir una canción, A change is gonna come, de Sam Cooke, como símbolo de las aspiraciones de Obama y de los afroamericanos de su generación. Davies añade una imagen: la de Aretha Franklin cantando en el funeral de Martin Luther King. Y Werner afirma que, sin duda, la intérprete de Respect ayudó a Obama a comprender mejor los puntos de vista de las mujeres.

Una muestra de los gustos de Barack Obama son las canciones que han sonado durante la campaña electoral. Sus mítines comienzan habitualmente con la canción de U2 City of blinding lights y se cierran con Signed, sealed, delivered, I'm yours, de Stevie Wonder, a quien el candidato se refiere siempre como uno de sus artistas predilectos. También suena con frecuencia Move on up, el clásico de Curtis Mayfield, uno de los músicos negros con mayor sensibilidad social de los años sesenta y setenta.

En su página de Facebook, Obama amplía su lista de favoritos a Miles Davis, John Coltrane y Bob Dylan. Y una relación de sus diez canciones favoritas elaborada durante la campaña incluye también temas de los Rolling Stones, Marvin Gaye, Bruce Springsteen, Nina Simone, Frank Sinatra y The Fugees, quizá el grupo más moderno de todos y el único que practica el rap, género favorito de los jóvenes afroamericanos de hoy.

Vídeo: SANTIAGO CASTAÑEDA

Aretha Franklin

I Never Loved a Man the Way I Love You. 1967

Uno de los mejores álbumes de los sesenta, con la cantante de Memphis en plenitud de facultades. Producido por el maestro Jerry Wexler, el debut de Aretha Franklin en el sello Atlantic contiene joyas como Respect, A change is gonna come, de Sam Cooke, y Do right woman, do right man, todas interpretadas con fuerza, estilo y genio a manos llenas. El disco que coronó a la reina del soul.

Stevie Wonder

Signed, Sealed, Delivered. 1970

Compuesta por Stevie Wonder junto a su madre y a su futura esposa, la canción que da título al disco sirve de despedida en los mítines de Obama. Grammy al mejor álbum de soul, es un trabajo de madurez de Stevie Wonder, que recuperó con el control de su propio trabajo. El disco, gran éxito comercial, tiene de todo: canción protesta, pop comercial y hasta una versión de los Beatles (We can work it out).

Marvin Gaye

What's going on. 1971

Uno de los discos más influyentes en la historia de la música popular, representa un giro radical en la carrera de Marvin Gaye. Motown no quiso poner a la venta esta obra maestra por su contenido político y lo guardó en la despensa durante un año. No es un disco para bailar. En él, Marvin Gaye aborda sin remilgos los grandes temas de ahora y de siempre: guerra, paz, religión, racismo, drogas, violencia, infancia, medioambiente...

Curtis Mayfield

Super Fly. 1972

Una de las voces más comprometidas de la lucha por los derechos civiles firmó la banda sonora de esta joya del género blaxploitation, protagonizado por gánsteres del gueto negro. Con la ayuda de Isaac Hayes (guitarra y sintetizadores) y Marvin Gaye (orquestación), Mayfield grabó un disco lleno de energía soul/funk y de dardos contra la marginación, la droga y la violencia en la América de Richard Nixon.

The Fugees

The Score. 1996

El trío de Nueva Jersey combina con maestría rap, reggae y soul en este disco superventas. Ready or not es una de las canciones favoritas de Obama y la versión del clásico de Roberta Flack Killing me softly with this song sonó sin parar en clubes del mundo entero. El éxito fue también el final del grupo, Lauryn Hill, Wyclef Jean y Pras Miche decidieron separarse y publicaron sendos trabajos en solitario dos años después.

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