¡Qué bien, patrimonio se quita dos veces!
Cuando leo el anuncio del Gobierno regional de que llevará a la Asamblea la próxima semana el proyecto de ley de medidas fiscales para 2009, destacándose que "se suprime totalmente el impuesto sobre el patrimonio en la Comunidad de Madrid", inmediatamente siento un enorme gozo.
No obstante, a pesar de mi maltrecha memoria, empiezo a recordar que en septiembre, y aunque suelo preferir la ficción, me tocó leerme un proyecto de ley que tuvo entrada en el Congreso de los Diputados que en su título mencionaba también la supresión del impuesto sobre el patrimonio y que, efectivamente, si se aprueba en la redacción que tenía, conseguirá que, en territorio común, ni se pague ni se declare el impuesto ya en 2008. Un tanto desorientado me pongo a recapitular. Desde que entró en vigor el último sistema de financiación de las comunidades autónomas, en 2002, el resultado ha sido el siguiente: una profusa regulación de deducciones en el IRPF que, en términos cuantitativos, en 2005 no alcanzaban el 0,2% de la cuota líquida; rebajas muy tibias en el de patrimonio con la excepción de Madrid y Cantabria que regularon su propia tarifa, en el caso de Madrid rebajando para 2008 los tramos elevados del 2,5% al 1,5% (aunque si se aprueba el proyecto estatal no se aplicará al suprimirse el gravamen); en el de sucesiones y donaciones buena parte de las comunidades, espoleadas por el efecto frontera de los territorios forales, dejaron el tributo en algo simbólico para los familiares más cercanos; y, finalmente, en las modalidades de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados del impuesto sobre transmisiones se produjeron subidas del 6% al 7% y del 0,5 al 1%, respectivamente. Ahora bien, no podemos olvidarnos que, en 2005, mientras la recaudación del de sucesiones y donaciones significaba menos de un 4% de los ingresos autonómicos y del de patrimonio menos del 2%, por el impuesto sobre transmisiones se recauda más de un 20% de las necesidades de financiación de las regiones.
¡Qué suerte!, encuentro una cita de Peg Bracken, humorista estadounidense que puede venir al pelo: "¿Por qué una ligera subida de impuestos te cuesta 200 dólares y con un recorte sustancial sólo te ahorras 20 céntimos?".
No obstante, y haciendo justicia, en el impuesto sobre la renta, Madrid ha sido pionera en regular la tarifa rebajándola un punto entre todos los tramos, medida que, aunque individualmente signifique un ahorro de pocos euros, al afectar a todos los madrileños que pagan el impuesto, seguro que supone una merma sustancial de recaudación.
Para terminar de comentar lo que podríamos denominar como marketing fiscal, consistente en intentar hacernos llegar el mensaje de que cualquier Gobierno estatal, autónomo o local nos baja los impuestos cuando las estadísticas (aunque habría que hacer matizaciones) son contumaces al asegurar que aumenta la presión fiscal en nuestro país, no me puedo resistir a traer a colación otra cita, esta vez de un político francés, Jean-Baptiste Colbert: "El arte de los impuestos consiste en desplumar el ganso de forma que se obtenga la mayor cantidad de plumas con la menor cantidad de protestas".
Luis del Amo es director del Registro de Economistas Asesores Fiscales.
