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Reportaje:Final de la Copa Davis

Una pareja "inestable"

Sergio Casal analiza a Feliciano y Verdasco, el dobles español

El diagnóstico es durísimo. El doctor, una eminencia: Sergio Casal, ex número tres del mundo en dobles con Emilio Sánchez Vicario, seleccionador español. Los radiografiados, Feliciano López y Fernando Verdasco, tenistas de los que depende hoy (17.00, TVE) el futuro de España en la Davis, salvo cambios de última hora.

"Muchas veces veo que no tienen estabilidad", resume Casal. "Con ellos nunca sabes qué va a pasar. Sacan muy bien, tiran fuerte, pero no reparten el juego como deberían. Juegan bien a ratos y muy mal a ratos. Ése es su punto flojo. Tienen un bajón de fallos demasiado largo, que dura tres o cuatro juegos", sigue. "No usan los corredores. Y hay que usarlos muchas veces, allí hay que echar muchos restos, para que el contrario no se asiente, para avisarle de que puedes jugar a todos los lados, porque si no te cubren el centro de la pista".

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La pista de Mar del Plata no es precisamente un prodigio de lentitud. Las rayas escupen la pelota. El piso la imanta para que vuele rasa. Terreno perfecto para los galácticos, que tienen en sus manos el punto más asequible para España, según los técnicos. "Va a ser muy igualado, porque en estas pistas es muy difícil restar", argumenta Javier Duarte, director deportivo de la federación. "Con un poco bien que saquen, habrá muy pocos breaks. Lo normal será llegar 4-4 o 5-5 al final de cada set, incluso ver dos o tres tie-breaks".

Del pulso de la pareja española depende la selección, agarrada a una dupla de compromiso indudable, patinazos sonados -se olvidaron de apuntarse a Roland Garros-, y querencia por el drama: en Suiza y Alemania ganaron dos partidos locos, broncos y maratonianos.

"El dobles", cuenta Casal, bronce olímpico en Seúl 1988 junto a Sánchez Vicario; "es un punto jodido, porque define muchas cosas. Feliciano y Verdasco se amoldan sobre la marcha, porque no juegan durante el año lo suficiente como para ir compensando su juego. El dobles es una labor de años, de jugar, de que la pareja se forme casi sin decirse nada".

¿Y Argentina? Pendiente, como siempre, de Nalbandian. "Todo depende de cómo esté David", reconoce Acasuso, pareja en teoría con Calleri. Nalbandian, el armenio, ese chico que hace poco viajó al país de sus ancestros para recibir un pasaporte honorífico, juega si quiere. Si no está cansado. Si la victoria, el honor de la República, lo requiere. La vieja escuela le espera. "Si un país como Argentina no tiene un dobles definido, debe poner a los dos buenos, con el riesgo del cansancio", opina Casal. "Ésa es la antigua escuela. Nalbandian puede hacer cualquier cosa con su talento. Es un tenista peligroso: está ante una oportunidad única. Debe jugar. Más que por juego, porque es el estandarte de Argentina".

Nalbandian saluda a Ferrer tras ganar el primer partido de la final.
Nalbandian saluda a Ferrer tras ganar el primer partido de la final.EFE

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