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"Es imposible salir a pescar investigadores"

Manuel Planelles

A Fernando Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, le gustaría contar con los mejores investigadores, independientemente de donde hayan nacido o estudiado. Pero "es imposible salir a pescar" en el extranjero, se queja Hiraldo. Le gustaría publicar en la prestigiosa revista científica Nature las plazas disponibles en la Estación Biológica de Doñana y que se presentaran 200 candidatos de todo el mundo. "Pero los trámites dificultan contar con la gente potente".

Hiraldo cree que el sistema actual español para contratar a investigadores del extranjero frena la importación de cerebros. No está de acuerdo con que sólo puedan optar a una plaza de funcionario en su centro aquellos que tienen la nacionalidad española o son de la Unión Europea. Tampoco con la burocracia que hay que sortear para cumplir con la obligación de homologar los doctorados. "Realmente no es importante dónde esté hecho el doctorado, lo que importa es el currículo", añade Hiraldo.

El de Vincenzo Penteriani (Roma, 1964) parecía que no tenía pegas. Estudió Ciencias Naturales en la Universidad de La Sapienza de Roma. Se doctoró en la universidad francesa de Dijon y logró trabajar como investigador en la Estación Biológica de Doñana durante cinco años gracias a contratos de becario y proyectos concretos.

Pero los problemas comenzaron cuando intentó acceder a una plaza oficial en el centro sevillano del CSIC. Casi cuatro años estuvo bregando con la Administración para que le homologaran su formación universitaria y así poder optar a la oposición. "Todo era un lío de papeles, pedían una cantidad increíble de duplicados". Penteriani mandó copias, impresos y certificados.

Pero todo acabó en agosto de 2004 con una frustrante carta del entonces Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: si quería homologar su título debía examinarse de seis asignaturas de la carrera. Penteriani tiene colgada la carta en su despacho de la Estación Biológica. Recuerda ya entre risas aquella misiva. Cuando la recibió, este biólogo llevaba cinco años trabajando en España como investigador e, incluso, estaba dirigiendo una tesis doctoral. Y, sin embargo, le pedían que volviera a examinarse de las materias de una carrera que terminó el siglo pasado. "Pensé en tirar la toalla, pero no lo hice porque tenía muchísimas ganas de trabajar en la Estación Biológica". "Pero muchas personas tuvieron los mismos problemas... Hubo otra chica que no aguantó más y se fue. El proceso era como un muro en el que todo rebotaba", añade Penteriani.

Este biólogo consiguió por fin su plaza en 2007. Una modificación legal permitió a Hiraldo tramitar con diligencia el expediente de Penteriani y el de una decena de investigadores más en la Complutense. "La norma se parcheó para que las universidades sean las que hagan las convalidaciones y así se acortaran los trámites", señala Hiraldo. Pero, según el responsable de la Estación Biológica de Doñana, ahora se ha producido "otro parón" en la tramitación de las homologaciones de los investigadores que han estudiado fuera. "El fondo del problema no está resuelto porque el sistema no es claro", asegura Hiraldo: "El problema es que los gobiernos no entienden la labor investigadora; hace falta un gran pacto por la ciencia y que tengamos las armas para traernos a los mejores investigadores de cualquier país".

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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