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Rusia regresa a Cuba dos décadas después como aliado económico y militar

Los rusos regresan a Cuba. Y de qué forma: si se marcharon dando un sonoro portazo en los noventa, su vuelta, dos décadas después de la desaparición del campo socialista, es a todo tren. Entre julio y noviembre, el viceprimer ministro, Ígor Sechin, ha viajado a La Habana en tres ocasiones, la última para suscribir 10 acuerdos económicos y conceder un crédito por 20 millones de dólares (15,5 millones de euros). Ayer llegó el presidente ruso, Dmitri Medvédev, con el objetivo de estrechar la renacida alianza entre ambas naciones y entrevistarse con su homólogo cubano, Raúl Castro.

En estos momentos de tensiones con EE UU, Rusia quiere reforzar su relación estratégica con su ex socio ideológico. A Cuba también le interesa. Y se deja querer. Fuentes rusas dijeron que la isla es un aliado "clave" del Kremlin en la región y que hay un interés especial en que sus empresas petroleras participen en la perforación en aguas cubanas del golfo de México. Medvédev y Raúl Castro se entrevistaron ayer. El presidente cubano está invitado a viajar a Moscú en 2009.

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El último mandatario de la Unión Soviética que viajó a La Habana fue Mijaíl Gorbachov, en 1989. Dos años después, la URSS se desintegró. El intercambio económico con Moscú, que llegó a representar más del 80% del total del país, pasó de 8.000 millones de dólares anuales a prácticamente cero. El golpe fue tan duro que Cuba todavía no se ha recuperado de aquella crisis.

En el año 2000, fue el entonces presidente Vladímir Putin quien viajó a La Habana. Era la época del amor entre Moscú y Washington, y poco después Putin anunció, de modo unilateral, que desmantelaría la base de espionaje radioelectrónico de Lourdes, último vestigio de la presencia militar rusa en la isla, que comenzó en 1962 con la crisis de los misiles.

Fidel Castro montó en cólera. Las relaciones tocaron fondo en aquel momento, pero años después el Kremlin volvió a interesarse por recuperar sus relaciones con La Habana, hasta llegar hoy a los 360 millones de dólares anuales, lo que convierte a Moscú en el décimo socio de la isla.

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En los últimos meses, las visitas de altos funcionarios y empresarios rusos se han multiplicado. Tras el reciente viaje del jefe del Estado Mayor de la Defensa Aérea del Ejército de Tierra, general Alexandr Máslov, ambos países anunciaron el restablecimiento de la cooperación militar en la esfera antiaérea. Según el embajador ruso en La Habana, Mijaíl Kamynin, ahora hay "proyectos concretos" en el sector del níquel, del petróleo y también de la industria automotriz. Las relaciones fluyen, y según los analistas, no es casual el renovado interés de Rusia en Cuba y América Latina ahora que Estados Unidos hace política en el espacio de influencia de la antigua URSS.

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