Sencillo y solvente

En momentos bajos y circunstancias adversas, los equipos de fútbol sacan a relucir su carácter y de qué pasta están hechos. El Villarreal demostró ayer que tiene madera de ganador. Rebajado en la alineación, consiguió vencer con sencillez y solvencia, aunque con ciertos apuros finales, al Recreativo, cuya posición en la tabla se ajusta a lo que propone. Así, cayó derrotado sin apenas oponer resistencia, resignado demasiado pronto a su destino, cohibido y sin argumentos para dar réplica a un contrincante que se presentó con lo que pudo, que no es poco.

Diezmado por las numerosas ausencias en todas sus líneas, un Villarreal menor se presentó en el Nuevo Colombino. Sin Senna de referente en el centro del campo, sin la picardía de Pirès, sin su pareja de centrales habituales, Gonzalo y Godín, rápidos y contundentes, el Villarreal no anda tan sobrado de empaque, templanza y seriedad defensiva. A Fuentes y Cygan, la pareja de defensas centrales ayer, les sobran años y les falta cintura para emparejarse con delanteros rápidos. El defensa francés estuvo a punto de arruinar a su equipo con un penalti infantil cuando el partido llegaba muerto a su final con la ventaja de dos goles adquirida en la primera mitad.

Con menos potencial de lo habitual y a pesar del apretón final de los hombres de Lucas Alcaraz, el equipo de Manuel Pellegrini estuvo un peldaño por encima del Recre, que por algo es el último clasificado. Los problemas son menores si delante se tiene un rival con muchas dudas, escaso fútbol y sin gol, con más apariencias que verdades. Con siete bajas de importancia, el conjunto castellonense eligió el mejor contrincante para descubrir lo que tiene en el armario.

En el Villarreal, la mezcla de meritorios, teloneros y actores principales, a pesar de ser una versión rebajada, tiene más calidad y solvencia que buena parte de los equipos que forman una Liga con mucha clase media y baja y un grupo reducido de nobles. Entre estos últimos está el Villarreal que tan bien maneja Pellegrini, que cuenta con gente educada en el buen gusto.

En Huelva, el ingenio lo pusieron tres jugadores de palmo y medio de estatura y gran inteligencia y habilidad. Cazorla, Ibagaza y Rossi se bastaron para amaestrar a un contrincante dócil. Los dos primeros llevaron a la práctica lo ideado en la teoría. Cazorla se encontró en el borde del área de Riesgo sin nadie a su alrededor tras un aclarado colectivo. Ibagaza botó el corner hacia su compañero desmarcado. Cazorla marcó tras tocar el esférico en un defensor. Con el descanso ya esperando, Ibagaza, de falta directa, envío el balón con suavidad a la red de Riesgo. Le bastó al Villarreal. Sencillo y solvente.