_
_
_
_
_
Análisis:El gran clásico
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una pequeña gran derrota

José Sámano

En España, afortunadamente, el debate supera al marcador. El fin no siempre justifica los medios. No se admite la italianización. Ni siquiera a los últimos de la fila. Y, claro, mucho menos a los grandes. En una situación excepcional, el Madrid se empequeñeció con un doble objetivo: evitar los confetis en el Camp Nou y convertir el templo de su gran adversario en el mejor diván posible en estos tiempos a la deriva. De nada le sirvió. A última hora, pagó su corta mirada. Por mucho que despejara una gorrada, el fútbol y la clasificación no están de su parte. El Barça quiso ganar; el Madrid, no perder. La ruleta cayó del lado del más guapo, aunque, a tenor de su tránsito por el campeonato, el Madrid hasta resultara meritorio. Así hay que medir ahora a este campeón, para el que la excelencia es impedir una fiesta ajena.

Más información
La prensa coincide en la escapada del Barça en la Liga

Para maquillar su distancia con el Barça, en el juego y los puntos, el Madrid optó por la vía más rácana. Su puesta en escena fue un reconocimiento tácito a la superioridad de su esbelto adversario. Fue un equipo tan menguado que sólo jugó medio partido, el defensivo. Cavó su trinchera con un pelotón bien cerca de Casillas, atemorizó a latigazos a Messi, intentó desquiciar cuanto pudo a su rival y manejó todas las pérdidas de tiempo posibles a la espera de encontrar una rendija ante Valdés. Para su desconsuelo, le llegó a Drenthe, que se rindió ante el meta azulgrana. El Madrid necesitaba un refuerzo anímico y para ello Juande puso todo su empeño en desactivar al líder sin importarle el escaparate o la alcurnia de su equipo. Como en los tiempos de la caverna, ordenó marcajes individuales, como el de Gago a Xavi, el de Sergio Ramos a Messi -estuviera éste de extremo o ariete- e incluso el de Guti a Gudjohnsen -el mundo al revés-.

Con el Camp Nou minado por once defensas madridistas, Juande logró desconectar al mejor Barça, en el que sus secundarios tuvieron más protagonismo que el que Guardiola habría deseado. Esposado Xavi, Gudjohnsen, Touré y Abidal condujeron en exceso la pelota sin que el trío ofensivo azulgrana tuviera apenas repertorio. Como antídoto, el Madrid estuvo impecable, pero cayó en la orilla de tanto remar hacia Casillas. Eso sí, frente a los últimos tiempos de Schuster, resultó un equipo ordenado, más gremial, con más voltaje. Alardes, ninguno. Malos tiempos para la poética. La única gallardía de Juande, Palanca, protagonista de la segunda y última gran ocasión visitante y del primer mensaje positivo que recibe en mucho tiempo la academia blanca.

En su medio partido, el ofensivo, siguiendo su rutina habitual, el Barça se precipitó de entrada más de la cuenta, como si pretendiera marcar el segundo gol antes que el primero. El líder se sintió incómodo, bloqueado por el hormigón blanco. Con el paso de los minutos, el Madrid consiguió alterar al conjunto catalán, contrariado por no ser capaz de corresponder a la euforia que había calado en el Camp Nou. Para el Madrid, sin importarle el método, se trataba de evitar un huracán. Lo logró durante más de una hora y, cuando se le redujo el depósito, le resucitó el milagrero, Casillas, que a punto estuvo de sostenerle hasta el final, cuando Eto'o acabó con la resistencia y Messi selló una pequeña gran derrota para el Madrid. El resultado premió al más ambicioso. No hubo lirismo azulgrana, pero sí mayor decisión.

Hoy, el fútbol es del Barça; el liderato, también. El Madrid de anoche buscaba algo de luz y se creyó con coartadas para rebajarse de semejante manera. Ahora, ya a 12 puntos, todo un océano, habrá que medirle en el futuro, cuando tenga que mudarse de traje. La talla del Camp Nou no le servirá.

El Barcelona se llevó la victoria frente al real Madrid por 2-0 en un partido vibrante. El equipo de Pep Guardiola fue superior a los blancos pero no marcaron hasta los minutos finales del choque. Íker Casillas le paró un penalti a Etoo que pudo inaugurar antes el marcador. En la rueda de prensa los dos entrenadores destacaron el trabajo de los suyos sobre el campo. Guardiola se mostró feliz por la victoria pero cauto ante la ventaja de doce puntos que los suyos sacan al Real Madrid, aunque reconoció que es amplia de cara a enero, cuando lleguen los partidos de Copa, Liga y Champions. Juande, por su parte, no pudo ocultar su decepción por la derrota de su equipo, pero declaró que los jugadores dieron una imagen "digna" sobre el campo y que aún hay tiempo para trabajar y tener opciones.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_