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Aulas

La escuela de teatro, como una escena de terror

Los alumnos de la Escuela de Arte Dramático de Córdoba están cansados de dar algunas clases en aulas con agujeros en el techo y humedades en las paredes. Así es como se encuentran ciertas áreas del antiguo Palacio de los condes de Las Quemadas. Un espacio completamente distinto al área moderna de las instalaciones, que Arte Dramático comparte con el Conservatorio de Danza en un edificio reformado y comunicado directamente con el viejo palacio.

Hace más de dos años, los estudiantes ya realizaron protestas por la precariedad de las instalaciones. Aseguran que la Junta les prometió que en mayo de 2006 comenzarían las obras. Pero se quejan de que lo único que se han realizado son catas arqueológicas en paredes, techos, y suelos.

Los alumnos dicen que la Junta les prometió comenzar las obras en 2006
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¿Quién examina a los profesores?

La Junta afirma que no hay retrasos. "No sé yo exactamente en qué creencia estaban los alumnos, pero toda obra lleva un proyecto anterior. No creo que se les diera por cierto que las obras empezasen en 2006. Este centro se incluye en el programa de actuación de 2006, pero de ahí a que comiencen las obras, no. Siempre hay una serie de trámites anteriores", afirmó ayer la delegada de Educación, Antonia Reyes, quien prefiere no dar fechas de ejecución por la complejidad que entraña, al ser un inmueble histórico.

Mientras, los estudiantes ya no saben qué hacer para exponer sus quejas. La visión del centro es bastante descorazonadora: canalones agujereados, desconchones en las aulas, humedades, techos desprendidos, suelos con baldosas sueltas, espejos rotos, jardines llenos de maleza...

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"Lo que aquí tenemos es una dejadez absoluta", afirma Francisco Díaz, de 24 años, estudiante de cuarto curso de Arte Dramático y representante de los alumnos. "Y estamos dando una serie de asignaturas, como Interpretación, Caracterización, Dramaturgia, Talleres y Escenografía, en aulas de esta zona, que más o menos han sido habilitadas, pero que presentan humedades, agujeros, hace frío...". "Por ejemplo, en la clase de taller del Siglo de Oro, cada año salen desconchones en las paredes por la humedad. Y siempre, a principios de curso, toca volver a pintar", continúa Díaz. El representante de los estudiantes agradece la labor de los profesores del centro, pues considera que con su trabajo se palia algo las "denigrantes" condiciones que deben soportar los futuros profesionales de la escena.

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