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Grabar un acoso escolar implica una táctica de abuso continuado

Carmen Morán Breña

Tenía 12 años cuando hace dos fue sometido a acoso continuado por sus compañeros de clase. Y aunque ya está recuperado, aún se encuentra en tratamiento psicológico. La justicia atribuye gran parte de la responsabilidad al Colegio Suizo de Alcobendas (Madrid) donde estudiaba. Hubo una "falta de diligencia palpable" en su actuación para evitar el hostigamiento a que fue sometido, sentencia la Audiencia Provincial de Madrid.

Nadie, ni la profesora que entró en la clase tras la grabación del maltrato al chaval, ni la tutora ni el director, enterados de ello, quitaron la videocámara al muchacho que grabó los abusos, con el riesgo de que esas imágenes contribuyeran a la humillación del niño de haber sido difundidas. Por ello, condena al centro a indemnizar a la familia con 30.000 euros.

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El Colegio Suizo no recurrirá la sentencia

El niño lleva dos años en otro colegio y está "feliz", dijo ayer su padre, Fernando Sacristán, sin problemas de ninguna clase. "A mi hijo los Reyes le han regalado justicia". Este hombre demandó al colegio en 2006 por el acoso al que estaba siendo sometido su hijo. Un día, el pequeño le llamó para alertarle de que varios de sus compañeros le estaban hostigando con un estuche mientras otro lo grababa.

El vídeo, prueba clave

El chaval llamó a su padre y éste acudió de inmediato y se hizo con la grabación, otra prueba fundamental, según la sentencia. "El sólo hecho de que los niños fueran a clase con una cámara denota una estrategia que deja poco margen a la espontaneidad de un mero y aislado enfrentamiento infantil".

La Audiencia de Madrid rechaza así el fallo del Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas, que no observó responsabilidad en la actuación del colegio. No se entiende, dice el texto actual, que no se hayan tenido en cuenta pruebas tan concluyentes, como el vídeo, la declaración de los padres y el informe del Defensor del Menor, que concluyó que el niño sufría acoso.

Y es "ilógico", añade, que se amenazara al padre con la expulsión por haber arrebatado la grabación y que llevara el caso a los medios de comunicación, cuando el colegio no hizo nada por frenar esa cinta que pudo ser más humillante para el niño. Los padres acudieron a los medios con el visto bueno de los psicólogos. Nadie ha hecho declaraciones por parte del centro, que hoy ha abierto sus puertas.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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