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Los efectos del temporal

Barajas atasca a más de 55.000 viajeros

Cientos de personas duermen en el aeropuerto por las cancelaciones - AENA argumenta que su única responsabilidad es "garantizar las infraestructuras"

Rebeca Carranco

Cualquier imprevisto en el aeropuerto de Madrid-Barajas acaba en el caos. Y los perjudicados siempre son los mismos: los viajeros. La huelga de celo de pilotos de Iberia, un supuesto grupo de controladores aéreos díscolos.. Y ahora, el mal tiempo, que mantuvo cerrado el viernes, hasta las seis de la tarde, el cuarto aeropuerto más importante de Europa. En menos de dos semanas, miles de personas se han quedado atrapadas en Madrid-Barajas. Sólo el viernes, esta vez por la nevada, 45.000 viajeros se vieron afectados por cancelaciones de vuelos. Y ayer otros 10.000, lo que eleva a unos 55.000 el total de damnificados en estas dos últimas jornadas negras de Barajas.

Cientos de pasajeros pasaron la madrugada del sábado en sus instalaciones: decenas de niños dormían en las esquinas, tapados con abrigos, o sobre las maletas; algunos ancianos buscaban una silla en la que descansar e incluso mujeres embarazas hacían cola para enterarse de qué pasaba con su vuelo. Entre los pasajeros que esperaban se repetía una frase: "Esto es propio de un cuarto mundo".

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De las 985 operaciones previstas ayer, más de 130 estaban canceladas a las seis de la tarde. Sumadas a las 571 del viernes, superan las 700 en dos días. El aeropuerto acumulaba ayer un retraso medio de casi dos horas en la Terminal 4 y de más de una hora en las otras tres. Hasta las 18.00, por la nieve y el hielo acumulados, sólo funcionaron dos pistas de las cuatro que tiene, aunque después se abrió una tercera.

Iberia, la compañía que más problemas ha sufrido, canceló, sólo ayer, unas 90 operaciones, y las otras padecieron retrasos. El viernes, 448 vuelos no despegaron. "Estamos haciendo todo lo que podemos. Se nos suma el problema de la huelga de celo de los pilotos con el cierre del aeropuerto", explicó una portavoz de Iberia. El hartazgo era tal que hubo dos motines de pasajeros, los de sendos aviones de Iberia con destino a Buenos Aires y a Lima. Estaban ya embarcados cuando el capitán les informó de que él había sobrepasado las horas de vuelo. "¡No pensamos bajarnos!", explicó un pasajero por teléfono. Al final, con la intervención de la Guardia Civil, Iberia logró llevarlos a un hotel.

El director general de AENA, Javier Marín, aseguró que el aeropuerto empezará a recuperar hoy la normalidad. Aunque Iberia no está tan convencida. "Es muy difícil preverlo", explicó una portavoz.

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Y es que en los últimos días coger un avión en Barajas es jugársela. Esta vez, según Marín, los retrasos no son culpa de AENA. El viernes "las previsiones eran de nevadas débiles", se excusó, recurriendo a la misma explicación que dio la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Y añadió que de haber sabido la envergadura del temporal, "se podría haber hecho algo más". ¿Quién responde entonces ante los pasajeros? "Lo lamentamos profundamente, pero nuestra capacidad es la de gestionar las infraestructuras", se defiende Marín, que, no obstante, enumera lo que AENA ha hecho por los viajeros que se han quedado tierra: repartir mantas, dar comida o mantener abiertas varias salas para que los pasajeros pudieran dormir. "Aunque a veces prefieren estar cerca de la aerolínea", sentencia Marín. Pero en la T-4, separarse de allí era un problema: el que perdía la vez en la cola, se quedaba sin hotel, sin billete de embarque e incluso sin maletas.

A las doce de la noche del viernes, más de mil personas veían en los paneles de información cómo sus vuelos, que se habían cancelado horas antes, figuraban aún como programados. Ni en uno sólo de ellos ponía retrasado o cancelado. La falta de información era una queja constante de los afectados. "El pasajero tiene todo el derecho a conocer la información, pero nosotros sólo podemos informar a medida que nos informan las compañías aéreas", se escuda Marín,. que arremete contra Iberia: "El aeropuerto viene teniendo problemas con una compañía. Eso no es aceptable".

Pero AENA no va a sancionar a Iberia, ni siquiera le va a abrir un expediente. "Nosotros sólo nos encargamos de las infraestructuras para garantizar las operaciones", repite. Y tampoco va a responder ante los miles de pasajeros que han pagado un billete y no han podido volar. "Tienen que reclamar a la compañía aérea", señala Marín. Iberia también tiene su coartada: "No caben indemnizaciones; el aeropuerto estaba cerrado".

Una familia duerme en las instalaciones de Barajas a la espera de que su vuelo pueda despegar tras los retrasos provocados por la nieve.
Una familia duerme en las instalaciones de Barajas a la espera de que su vuelo pueda despegar tras los retrasos provocados por la nieve.AFP

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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